El Congreso trata de frenar a Trump

El comité legislativo del Congreso de los EEUU que investiga el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021 celebró el pasado jueves la primera de las seis sesiones públicas previstas. La reunión transcurrió en horario de máxima audiencia y fue retransmitida por las principales cadenas de televisión, excepto la conservadora Fox. Se presentaron testimonios y nuevas imágenes de lo ocurrido esa jornada y durante los días previos. El presidente del comité aseguró que el asalto fue la culminación de un intento de golpe de Estado en el que el expresidente Donald Trump estuvo involucrado. Asimismo, señaló que el asalto estuvo liderado por el grupo ultraderechista The Proud Boys que actuó en connivencia con otros grupos de ideología similar.

Conviene señalar que el objetivo de este comité es realizar un informe exhaustivo sobre lo ocurrido y formular recomendaciones para que sucesos similares no se vuelvan a repetir. No obstante, si durante el proceso de investigación el comité obtuviera pruebas de actuaciones delictivas, podría asimismo remitir recomendaciones al Departamento de Justicia para que las investigue. En tal caso, corresponderá a los fiscales establecer si hay causa probable y evaluar su capacidad para demostrar el caso más allá de una duda razonable. En definitiva, el comité carece de competencias legales y, sin embargo, su investigación tiene un importante peso político. Además, la participación en sus trabajos de dos congresistas republicanos ha reforzado su trascendencia. En este sentido, la decisión de organizar las sesiones públicas en horario de máxima audiencia acrecienta su importancia política en un momento en el que toda la atención está puesta ya en las elecciones de medio mandato tras las que comenzará una nueva carrera presidencial.

A pesar de todo lo que dijo e hizo tras perder las elecciones, Donald Trump sigue manteniendo un alto predicamento, especialmente entre las bases republicanas. Difícil será que las conclusiones del comité sobre el asalto al Capitolio socaven su popularidad, a menos que se encuentren pruebas fehacientes de su participación directa en algún delito.