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China bota su tercer portaviones con la vista puesta en Taiwán

Champán y fuegos artificiales. China botó su tercer portaviones, el Fujian, casualmente el topónimo de la provincia oriental que se encuentra frente a Taiwán. Aunque sigue lejos de estar operativo, permitirá reforzar la capacidad de disuasión y proyección de Pekín.

El portaviones Funjiang tardará años en estar operativo. (AFP)

La Marina china botó ayer su tercer portaviones, el Fujian, tras una ceremonia con champán y fuegos de artificio en los astilleros de Jiangnan, en Shanghai.

Segunda nave capaz de transportar aparatos aéreos enteramente fabricada en China, el Fujian, con una capacidad de desplazamiento de 80.000 toneladas, es el primer portaviones con catapultas electromagnéticas de fabricación china, y un nuevo activo militar en medio de las tensiones diplomáticas en la región por las maniobras chinas en aguas disputadas y sus ambiciones soberanistas sobre la isla de Taiwán.

Fujian es precisamente el nombre de la provincia oriental que se encuentra frente al territorio taiwanés, cuyas autoridades llevan meses denunciando incursiones de aviones de combate chinos en su espacio aéreo de seguridad.

Lo cierto es que Pekín bautizó con los nombres de Liaoning y Shandong, otras dos provincias chinas, a los anteriores portaaviones.

La agencia Nueva China no precisó la fecha prevista para la entrada en servicio de la nueva nave, pero su entrega a las fuerzas armadas navales chinas no se efectuará antes de realizar varios test en alta mar, que deberían durar años.

Hace solo una semana, las autoridades de China aseguraron que «no dudarán en iniciar una guerra» por Taiwán en caso de que sea necesario para salvaguardar su seguridad nacional y la integridad territorial del gigante asiático.

La botadura coincidió con el incremento de la tensión entre Pekín y Washington en torno a la antigua isla de Formosa.

China, que recela del apoyo estadounidense al Gobierno soberanista taiwanés, insistió la semana pasada en que su Ejército «aplastará a la independencia taiwanesa» para preservar sus intereses, tras un encuentro en Singapur entre el ministro de Defensa, Wei Fenghe, con su homólogo estadounidense, Lloyd Austin.