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EDITORIALA

Alianza antidemocrática y peligro público


La OTAN ha aprobado estos días en Madrid un nuevo Concepto Estratégico, término aparentemente inocuo que esconde la hoja de ruta con la que, más o menos cada 10 años, la Alianza Atlántica calibra y actualiza sus objetivos, siempre en favor de los intereses de la política exterior estadounidense. El nuevo documento está llamado a marcar un antes y un después, pues da un giro de 180 grados respecto al precedente y dibuja un mundo peligroso lleno de amenazas. Pone los cimientos del rearme que viene, lo cual no hará sino incidir negativamente en una inflación ya galopante y hará del mundo, efectivamente, un lugar más peligroso.

El nuevo Concepto Estratégico ahonda en dos lógicas expansivas de las que la OTAN ya venía dando muestras. Por un lado, la expansión geográfica: no solo es que Rusia pasa de «socio estratégico» a «la amenaza más directa y significativa», sino que China, que apenas salía en textos anteriores, se convierte ahora en un «desafío sistémico». Es muy difícil comprender por qué Europa renuncia de forma tan tajante a un valor como la soberanía y se ata de pies y manos a una potencia decadente como la estadounidense, en la que se prevé como la principal pugna en las décadas que vienen. Por otro lado, se profundiza en una definición cada vez más extensiva de la defensa, que permite a la OTAN intervenir en sectores cada vez más diversos. El enfoque militarizado de cuestiones como la migración, como se ha visto en Melilla, empuja directamente a la vulneración de los derechos humanos.

Por último, es urgente derrocar la pátina democrática con la que la Alianza Atlántica trata de vestir lo que no es sino interés geopolítico de EEUU. En su decadencia, el supuesto «líder del mundo libre» no es capaz de garantizar ni el derecho de sus mujeres a abortar ni -desde ayer- la competencia de su Agencia de Protección Ambiental para luchar contra la crisis climática. Como europeos, es necio alinearse con intereses ajenos y renunciar a la interlocución con gran parte del mundo. Además, en Euskal Herria sigue vigente el mandato democrático que, desde 1986, es contrario a la OTAN. Promover la paz debería ser un rasgo del país donde está Gernika.