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EDITORIALA

Una discriminatoria ley de empleo público


El déficit de personal en Osakidetza viene de lejos. Denunciado en múltiples ocasiones por los sindicatos, la ciudadanía lo padece en forma de largas esperas. La pandemia multiplicó la penuria, a la que, en parte, se puso remedio temporal cuando se habilitó la contratación de personal extracomunitario, una excepción que terminó con el fin de la emergencia sanitaria. EH Bildu propuso entonces que se estabilizaran esos puestos, pero PNV y PSE rechazaron la demanda. Alegaron que esa cuestión se resolvería con la ley de empleo público en tramitación. Desde entonces ha pasado más de un año y aquel proyecto de norma se aprobará finalmente en comisión el próximo lunes. Entre las urgencias también hay clases, y la contratación de personal nunca lo es, a pesar del desempleo y de las carencias de la sanidad pública.

En el proyecto se ha introducido una excepción que será la puerta que facultará a la Administración contratar a profesionales extracomunitarios en tres ámbitos: en tecnologías de la información y la comunicación, en médicos especialistas y personal de Enfermería en Osakidetza, y en Ertzaintza y Policía Local, cuando se requiera el conocimiento de otras lenguas y culturas. Una vía estrecha que permitirá que Osakidetza pueda contratar a especialistas de otros países con los que paliar el persistente déficit de personal, en gran parte consecuencia de las precarias condiciones de trabajo en el Servicio Vasco de Salud. Una vía tan angosta que excluye a otras categorías de trabajadores de la salud, como auxiliares, y, además, discrimina a las personas en función del origen. Todo ello da un preocupante sesgo excluyente y xenófobo a la norma.

Resulta sorprendente, asimismo, que cualquier ciudadano de la UE pueda ser funcionario, excepto en aquellos empleos que impliquen ejercicio de poder público o salvaguarda de los intereses de la Administración. Así, los autores de la ley consideran que cualquier ciudadano del Estado puede defender los intereses de las administraciones vascas, pero no uno de Ipar Euskal Herria. No solo discrimina a los extranjeros según cualificación, sino que además, discrimina, a los ciudadanos vascos, según su lugar de nacimiento. Un despropósito.