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Rusia lanza una oleada de ataques en Ucrania entre las presiones del G20

Mientras las potencias occidentales trataban de presionar en la cumbre del G20 para aislar a Rusia, Moscú lanzó otra campaña de bombardeos que dejaron la infraestructura eléctrica ucraniana en situación crítica. Al menos dos personas murieron por un impacto en Polonia, lo que elevó la tensión por una eventual escalada en territorio OTAN.

Un misil ruso caído en Jerson. Al fondo, un hombre trata de huir del bombardeo. (Anatoli STEPANOV | AFP)

El Ejército ruso lanzó ayer una nueva oleada de ataques con misiles sobre distintos puntos de Ucrania, entre ellos la capital, Kiev, que provocaron cortes en el suministro eléctrico. La Presidencia ucraniana aseguró que la infraestructura energética había quedado «en situación crítica», dejando sin suministro a siete millones de personas.

El mando militar ucraniano cifró en al menos 100 el número de misiles lanzados. Kiev, Leópolis y Jarkov, además las regiones de Chernigov, Cherkasy y Poltava, fueron objeto de los bombardeos.

Al menos dos personas murieron en la ciudad polaca de Przewodow, en la provincia de Lublin, cerca de la frontera con Ucrania, tras el posible impacto de dos cohetes, lo que elevó la tensión ante un posible primer impacto directo que recibe un país miembro de la OTAN.

Sin embargo, el Departamento de Defensa de EEUU no vinculó de momento a Rusia con estos impactos y medios polacos señalaron que podría tratarse de restos de un cohete ruso interceptado por el Ejército ucraniano.

Aun así, Polonia reunió a su Comisión de Seguridad Nacional y los países bálticos se apresuraron a responsabilizar a Moscú y exigir una reacción, al igual que el presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyi, acusaciones que el Ministerio ruso de Defensa tildó de «provocación deliberada».

A su vez, Ucrania lanzó intensos bombardeos en el sur, sobre Nueva Kajovka y otras ciudades cercanas a la recién tomada Jerson. Según el alcalde, Vladimir Leontiev, los ataques «se producen casi las 24 horas» y provocaron «muchos muertos y heridos», obligando a la administración prorrusa a abandonar esa estratégica ciudad, vital para controlar el abastecimiento de agua a Crimea.

Presión en el G20

La nueva ofensiva rusa sobre Ucrania llega después de la retirada de Jerson y entre la presión que Moscú recibió en la cumbre de líderes del G20 en Bali (Indonesia), por parte de EEUU y sus aliados.

EEUU, la UE, Gran Bretaña o Japón fueron los países más contundentes en contra de Moscú en sus intervenciones en la primera sesión de la cumbre, acusándole de emplear los alimentos y la energía como arma de guerra o de atentar contra la estabilidad económica global, e instándole a poner fin al conflicto.

Pese a las diferentes posturas en el primer día de la reunión de las veinte principales potencias mundiales, el G20 preparaba un acuerdo de mínimos con el que «salvar» la cita, incluyendo una mención a la «guerra de Ucrania», y subrayando el «inmenso sufrimiento humano» y los problemas que acarrea a escala global, a la vez que recoge las diferentes posturas al respecto entre los 20 países.

Zelensky participó en el foro reclamando más colaboración internacional para frenar a Rusia, asegurando que sus tropas «no permitirán a Rusia que se tome un respiro».

El ministro ruso de Exteriores, Sergei Lavrov, respondió tachando de «irreales e inadecuadas» sus propuestas para iniciar negociaciones de paz que exigen la retirada total de Rusia, y acusó a Kiev de bloquear cualquier opción de diálogo.

El codiciado Xi critica la guerra de alimentos y energía

El presidente chino, Xi Jinping, rechazó en el G20 la instrumentalización de los alimentos y la energía, en una crítica que podía dirigirse tanto hacia Rusia como hacia los Estados occidentales en el marco del conflicto ucraniano, a la vez que pidió el fin de las sanciones contra Moscú. Por su parte, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, alertó del riesgo de una crisis alimentaria el próximo año si no se logra estabilizar el mercado internacional de fertilizantes. El pacto que incluye luz verde para las ventas de cereales y fertilizantes rusos expira el sábado y Moscú muestra reticencias a prorrogarlo mientras no se disipen los obstáculos a las exportaciones rusas. Xi es el líder más codiciado en la cumbre, con una agenda rebosante de reuniones bilaterales con todos los líderes, a los que advirtió de que no sobreestimen el poder de China para presionar a Moscú.GARA