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EDITORIALA

El régimen del 78 irrumpe en las Cortes


Lo grave e inédito -según desde dónde se mire- de la situación creada por la decisión del Tribunal Constitucional español de impedir votar al Senado tiene su razón de ser en el régimen del 78, blindado por una Constitución cuyos intérpretes han irrumpido en la labor legislativa de una cámara parlamentaria para impedirla. El “estado profundo” se revuelve para mantener ese régimen y ahora no han dudado en atacar, paradójicamente, a uno de sus fundadores, al PSOE, que tímidamente ha intentado resolver algunos de los problemas que la falta de una cultura democrática -junto a una judicatura- retrógrada han generado.

Sin duda, la decisión del Tribunal Constitucional español, sumándose a la dinámica de las derechas españolas, muestra una situación grave, pero no precisamente sorpresiva. No lo es en Euskal Herria o en Catalunya, pero tampoco debería resultar increíble o incomprensible para el observador español preocupado mínimamente por el devenir democrático de su país. Se pervierte el Estado de Derecho para amenazar a la democracia, lo cual, en efecto, es algo que las ciudadanías vasca y catalana conocen perfectamente, pero ahora esa tendencia autoritaria ha ampliado sus límites. Es lo que se conoce como lawfare. Este ataque tiene dos vertientes. Una es la tendencia general, a nivel mundial, en la que la derecha está utilizando los procedimientos legales para socavar la democracia y la justicia. El encarcelamiento de Lula o los cambios legislativos en Polonia y Hungría son fenómenos ligados a esta tendencia, como lo es, desde otra perspectiva, el ataque al Capitolio por parte de los partidarios de Donald Trump. La otra, en el Estado español, tiene además características particulares, asociadas a las tradiciones ultraderechistas propias, el franquismo y el falangismo, sus herederos y sus renovadas versiones.

Se revela clara la importancia de conformar frentes democráticos para poner freno a esta locura autoritaria. Es conveniente, asimismo, ampliar las mayorías que en Euskal Herria plantean una alternativa a través de la democracia y la independencia, como vía emancipadora hacia los derechos y libertades plenas, y dique frente al oleaje antidemocrático.