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La región boliviana de Santa Cruz mantiene la presión contra el arresto de su gobernador

Manifestantes lanzan cohetes contra la Policía. (R. URZAGASTI | AFP)

La región boliviana de Santa Cruz, la mayor y más rica del país, mantiene la presión al Gobierno de Luis Arce tras el arresto, el 28 de diciembre, de su gobernador, el opositor Luis Fernando Camacho, acusado de instigar las violentas protestas que desembocaron en el golpe de Estado contra Evo Morales tras su triunfo en las elecciones de octubre de 2019. Camacho lideraba entonces el denominado Comité Cívico de Santa Cruz.

Desde la detención de Camacho, trasladado a La Paz, se han producido protestas y bloqueos, y graves incidentes y choques con las fuerzas de seguridad en Santa Cruz.

Un juez dispuso la detención por cuatro meses de Camacho en un penal de máxima seguridad, a 35 kilómetros de La Paz, en el altiplano. Ayer, el gobernador, líder de Creemos, se declaró «preso político» y dijo que su detención responde a un «caso inventado», aunque en 2019 fue la cara más visible y jugó el papel más beligerante del golpe opositor a Morales que llevó al poder a Jeanine Áñez.

El portavoz presidencial, Jorge Richter, aseguró que las protestas solo buscan la impunidad de los líderes opositores por la crisis de 2019. Y reiteró que el arresto es una cuestión «estrictamente jurídica».