Israel amenaza con una «respuesta fuerte y rápida» a los últimos ataques

El Gobierno israelí amenazó con una «respuesta fuerte y rápida» a los últimos ataques por parte de palestinos-dos más tras el atentado del viernes contra una sinagoga- que responden a la escalada en las recientes operaciones letales contra la población palestina.

Otros dos ataques a israelíes en menos de 24 horas y al día siguiente del tiroteo que el viernes dejó siete muertos en una sinagoga mantuvieron encendido el polvorín en Palestina. Un colono de 47 años y su hijo de 23 fueron tiroteados ayer por un niño de 13 en el barrio palestino de Silwan, en Jerusalén Este. El menor fue «incapacitado y herido» por colonos civiles armados. Poco después un hombre abrió fuego en un restaurante en Almog, un asentamiento judío de Cisjordania. Solo disparó una bala y huyó del lugar.

Estos últimos pasos de la escalada siguen a la muerte de nueve palestinos en otra incursión del Ejército israelí en el campo de refugiados de Jenin, una más de las casi diarias con víctimas mortales.

En represalia, se dispararon cohetes contra Israel desde la Franja de Gaza, a los que el Ejército israelí respondió con nuevos bombardeos aéreos.

No es la única respuesta. Con la alerta al más alto nivel, la Policía detuvo en Jerusalén a 42 personas, algunos de ellos familiares del supuesto atacante de la Sinagoga.

Y aún se espera que el Gobierno israelí acentúe su castigo. «Será una respuesta fuerte, rápida y precisa», aseguró el primer ministro, Benjamin Netanyahu, antes de una reunión de urgencia de su gabinete de seguridad. «No buscamos la escalada pero estamos preparados para no importa qué escenario», añadió.

«¡Muerte a los árabes!», le reclamaron decenas de israelíes el viernes. Netanyahu les respondió ayer que «tenemos un Ejército, Gobierno y Fuerzas de Seguridad excelentes» para que no recurran a los métodos de «los tiempos del Majteret» una organización que atentó contra los palestinos a finales de la década de 1970 y principios de 1980.

Portar armas

Aun así, la Policía emplazó a todos los ciudadanos que tengan licencia de armas a portar siempre con ellos un arma de fuego y «usarla cuando sea necesario»,

Los llamamientos desde el extranjero en vísperas de la llegada hoy a Jerusalén del secretario de Estado, Antony Blinken, alentaban a que Israel no tuviera reparos en cualquier respuesta, al reaccionar sobre todo al ataque de la sinagoga, ocurrido además en la noche del Día Mundial del Recuerdo del Holocausto y mantener la habitual equidistancia en el caso de los ataques israelíes.

EEUU mostró su apoyo total al Gobierno israelí, mientras el responsable de la diplomacia de la UE, Josep Borrell denunció el «espantoso atentado terrorista» y apelaba a Israel a la contención, como hizo también el secretario general de la ONU, Antonio Guterres. En cambio en Cisjordania el ataque a la sinagoga fue recibido con alegría -sobre todo en Jenin, donde los palestinos enterraron a sus muertos con indignación y rabia- y la Autoridad Palestina juzgó que Israel era «totalmente responsable de la peligrosa escalada debido a sus crímenes, que ascendieron a 31 mártires en el mes en curso», en referencia a las víctimas mortales que ha provocado este año la ocupación israelí. También Hamas y la Yihad Islámica consideraron los ataques «actos heroicos» de represalia a la operación del Ejército israelí.

Deportaciones de las familias y represión contra los presos

El Gobierno israelí debatió la aprobación de una ley que prevé la deportación de las familias de los acusados de «terrorismo» entre sus respuestas a los últimos atentados, además de flexibilizar la normativa sobre la tenencia de armas. El ala más ultra del Ejecutivo plantea añadir esta medida a la demolición de las viviendas familiares de los acusados que ya se aplica, a pesar de que son contrarias a las convenciones internacionales sobre derechos humanos. Por otra parte, el jefe de la Oficina Política de Hamas, Ismail Haniye, denunció que las autoridades israelíes han puesto en marcha una campaña de represión contra los presos palestinos de la que acusó al ministro de Seguridad Interior, el ultraderechista Itamar Ben Gvir. En concreto, Haniye denunció un asalto a la Sección 8 de la Prisión del Neguev y el traslado de varios presos de Jenin a la prisión de Nafha. También fue asaltada la Sección 9 de la prisión de Megiddo y la de Ofer para poner a 18 presos en aislamiento. Estas medidas formarían parte de un «plan terrorista organizado» que podría provocar una «escalada regional sin precedentes», advirtió Haniye.GARA