GARA Euskal Herriko egunkaria

El jefe de Wagner critica la «burocracia militar» que retrasa la toma de Bajmut

El jefe de los paramilitares rusos de Wagner, Yevgeni Prigozhin, afirmó que la ciudad de Bajmut, epicentro de los combates en el Donbass y objetivo de las fuerzas rusas hace semanas, no caería antes de marzo o abril, y culpó a la «burocracia militar» de ralentizar la ofensiva, que logra pequeños avances sin llegar a expulsar a los ucranianos.

Militares ucranianos de la Guardia de Fronteras disparan un mortero contra posiciones rusas en Bajmut. (Yasuyoshi CHIBA | AFP)

«Habríamos tomado a Bajmut si no fuera por esta monstruosa burocracia militar, y si no nos estuvieran estorbando todos los días», reprochó el jefe de la compañía de mercenarios Wagner, Yevgeni Prigozhin, aireando de forma pública sus diferencias con la jerarquía militar rusa.

«Creo que será en marzo o abril. Para tomar Bajmut debes cortar todas las rutas de suministro de Ucrania», afirmó Prigozhin. Rusia ha intensificado su ataque en el este en las últimas semanas y la ciudad está casi rodeada, pero los avances se producen muy lentamente.

El fundador de Wagner también criticó que la compañía ya no pueda reclutar presos a cambio de una amnistía, lo que constituye una «sangría» para su organización. «En algún momento, la cantidad de unidades bajará y, en consecuencia, el volumen de tareas que debemos ejecutar también», advirtió.

Wagner ha estado al frente de la ofensiva rusa contra Bajmut desde el verano, a costa de pérdidas muy cuantiosas. El grupo paramilitar reclutó a un gran número de presos, pero el 9 de febrero este reclutamiento cesó, a pesar de que los combates en la ciudad se han redoblado en intensidad durante varias semanas.

A la vez, las fuerzas prorrusas alertaron del despliegue de «mercenarios extranjeros de países satélite de EEUU» en torno a Bajmut. «Hay polacos, franceses, ingleses, de todo», añadieron. Agregaron que las áreas de mayor altura se encuentran ya bajo su control, lo que hace que las fuerzas ucranianas se encuentren muy limitadas para operar, ya que solo cuentan con un «pequeño corredor», lo que complica significativamente la entrega de armas y munición.

En un guiño a la Wagner, el presidente ruso, Vladimir Putin, se mostró dispuesto a equiparar a las familias de los mercenarios que combaten en las filas de compañías privadas con las de los soldados profesionales y reservistas movilizados a la hora de recibir subsidios sociales, por ejemplo, en caso de muerte en acción.

Al mismo tiempo, Rusia continúa con su campaña de bombardeo de la infraestructura de Ucrania. Durante la noche del miércoles al jueves, lanzó misiles y drones sobre el oeste, norte y sur del país. Al menos una mujer de 79 años murió en la región de Dnipropetrovsk.

Cuando está a punto de cumplirse un año del comienzo de la operación rusa, Kiev insiste en que habrá una «gran ofensiva» y la OTAN prepara una guerra que «puede durar muchos, muchos años», en palabras de su secretario general, Jens Stoltenberg.

Sus aliados occidentales entregarán a Kiev en las próximas semanas tanques modernos, blindados y misiles de largo alcance. Por su parte, el presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, aseguró que su país solo se sumaría a la eventual ofensiva rusa si fuera atacado directamente.

La OTAN acepta la entrada separada de Suecia y Finlandia

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, dio prioridad a una rápida entrada de Finlandia y Suecia en la Alianza al hecho de que lo hagan juntas, ante el bloqueo de Turquía a la candidatura sueca. «Ambos pueden ratificar ahora, pero el principal asunto no es si ratifican juntos, sino que Suecia y Finlandia sean ratificados lo antes posible», dijo Stoltenberg, de visita en Turquía. El secretario general de la OTAN aseguró que ambos países han dado pasos para cumplir las exigencias planteadas por Ankara, retirando las restricciones a las exportaciones de armas a Ankara y reforzando sus políticas contra los exiliados kurdos. Pero el ministro turco de Exteriores, Mevult Cavosuglu, insistió en que Estocolmo no ha cumplido las exigencias de Turquía. El veto se endureció después de que un ultraderechista quemara un ejemplar del Corán ante la Embajada turca en Estocolmo. GARA