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EDITORIALA

Las trabajadoras del hogar, sin protección suficiente


La Asociación de Trabajadoras del Hogar de Bizkaia (ATH-ELE) difundió ayer datos sobre la situación de las empleadas del hogar en Hego Euskal Herria, donde alrededor de 34.500 están dadas de alta en la Seguridad Social. Según la información recopilada durante los trabajos de asesoría que realiza la asociación, entre las internas, casi todas las trabajadoras están dadas de alta; sin embargo, la gran mayoría realiza su labor en condiciones ilegales, ya que no se cumplen ni la jornada ni los descansos en más del 70% de los casos, y más del 97% no reciben el salario que les corresponde. En el caso de las empleadas externas, la mayoría trabajan a tiempo parcial y, aunque la afiliación a la Seguridad Social está subiendo, casi un tercio todavía no recibe el salario proporcional correspondiente a las horas de desempeño.

Las tareas de hogar y de cuidados no solo se realizan en unas condiciones muy precarias, sino que, además, no llegan ni a cumplirse los mínimos legales. La soledad de muchas trabajadoras internas, sin apenas contacto con el mundo exterior, y un número creciente de empleadas sin papeles posibilitan los abusos de los empleadores. Como ha constatado la asociación, son comunes las frase despectivas y las amenazas, así como la práctica de denegar derechos explotando para ello la situación de indefensión que la falta de regularización posibilita. Muchas de estas cuestiones tendrían fácil solución si existiera voluntad política para poner coto a estos abusos. Simplificar la regularización -en vez de complicarla como ha hecho el reglamento de la Ley de Extranjería-, agilizar la actuación de los juzgados de lo Social, facilitar el acceso presencial a las oficinas de la Seguridad Social, entre otros aspectos, supondría dar un paso importante para que las empleadas del hogar pudieran defender sus derechos.

Una sociedad que se considera avanzada y en la que cada vez tienen más peso los trabajos de cuidados no puede permitir que estos se realicen en condiciones de precariedad creciente. Es necesario y urgente impulsar una defensa efectiva de los derechos de las trabajadoras del hogar que les permita dignificar sus condiciones de vida y de trabajo.