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Ser joven es un factor de riesgo para ser víctima de la violencia en Honduras

La Policía Nacional traslada a dos supuestos pandilleros. (O. SIERRA | AFP)

Más de 31.800 niñas, niños y jóvenes han muerto violentamente en Honduras entre 2010 y 2022, cifras que demuestran que son las principales víctimas de la espiral de violencia en el país, según el Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma. «Es un peligro ser joven en Honduras», aseguró a Efe el director de la Red de Instituciones por los Derechos de la Niñez, Wilmer Vásquez.

La mayoría de esas 31.868 muertes violentas siguen en la impunidad. La ola de violencia causa a diario, según datos oficiales, una media de entre 12 y 15 homicidios.

Vásquez cree que la falta de oportunidades en salud integral, educación, seguridad ciudadana y social «obliga» a las personas no solo a abandonar el país y a arriesgar sus vidas, sino que, en muchos casos, «también son asesinadas».

Los menores y jóvenes son víctimas del crimen organizado, las redes de narcotráfico que han «penetrado la institucionalidad» y la violencia, añadió. La población de 0 a 29 años es uno de los sectores «más vulnerabilizados por el sistema» en Honduras, donde el 70% de sus 9,7 millones de habitantes son pobres.

«La desigualdad social, la miseria y la exclusión social» afectan de manera particular a la niñez, adolescencia y juventud, «que en algunos momentos se ven cooptados por el crimen organizado, las maras y pandillas, y también se ven afectados por la violencia común», subrayó Vásquez, quien reclamó políticas de Estado para una desescalada de la violencia en Honduras, donde la presidenta, Xiomara Castro, exige «resultados» ante la alta criminalidad.