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LIGA ACB

Bilbao Basket cae en Fuenlabrada por amor al prójimo y solidaridad

Con 18 balones perdidos y un 6 de 16 desde la línea de tiros libres, los hombres de negro fueron un equipo descalabrado después del descanso.

Eyenga se cuelga a placer. (A. PACHECO | ACB PHOTO)

Surne Bilbao Basket puede dormir tranquilo en los próximos días, después de haber ejercido ayer de buen samaritano en el Fernando Martín de Fuenlabrada. Gracias a su pésimo partido, jalonado con 18 balones perdidos, 9 triples de 31 intentos y un 6 de 16 en tiros libres, conseguía romper la racha de 19 derrotas consecutivas del cuadro madrileño. Todo apunta a que los entrenados por Óscar Quintana perderán la categoría exactamente igual, pero que no se diga que los hombres de negro no ayudan al prójimo para que este logre su cuarta victoria.

Lo cierto es que Fuenlabrada aguantó los embates de un Bilbao Basket aceptable en esos 20 primeros minutos gracias a Marc García, uno de esos jugadores con fijación con el cuadro bilbaino, porque frente a Bilbao Basket casi siempre juega bien.

Por los puntos del escolta catalán, Bilbao Basket no logró irse en el marcador, y el sinnúmero de pérdidas y tiros libres errados supuso llegar con empate a 39 al descanso.

MINUTOS DESESPERANTES

Fuenlabrada no tuvo que hacer ningún partidazo para ganar a los de Jaume Ponsarnau. Es más, el Fernando Martín distó de sus días más calientes, con unos aficionados muy enojados con la directiva del club y una de las peñas, los “Fuenla Blues”, en una suerte de «huelga de brazos caídos». Así que la calamitosa segunda mitad de los hombres de negro no vino a cuenta de la presión ambiental, ni de lejos.

«Estoy enfadado porque no nos hemos respetado a nosotros mismos», admitió el propio Jaume Ponsarnau en la rueda de prensa tras el partido. Una bandeja a la contra que se le salía de dentro a Adam Smith fue el preludio de un desastre en toda condición.

La renta local alcanzó los 18 puntos en momentos en los que la aparente querencia de los vizcainos fue la de querer superarse en el grosor del siguiente fallo. Con el partido perdido y aunque fuera por vergüenza torera, Sulejmanovic, Reyes y Radicevic comparecían al partido y empezaron a maquillar el resultado.

Pero tal es el estado de angustia del Fuenlabrada, que ese leve zarandeo bastó para rozar la remontada bilbaina. Con tres minutos más de juego racional hubiera bastado. Pero ya no había tiempo para más.