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Nueva jornada de protestas contra la reforma judicial de Netanyahu y por la laicidad

Corte de carretera en Tel Aviv. (Ahmad GHARABLI | AFP)

Miles de personas volvieron a salir a las calles en una nueva jornada de protestas en Israel contra la reforma judicial impulsada por la coalición ultraderechista que lidera el primer ministro, Benjamin Netanyahu. Las protestas, bautizadas como Día Nacional de la Igualdad, fueron más allá de la polémica reforma y se extendieron a la creciente identificación con la religión del Estado israelí.

Las movilizaciones se hicieron notar con manifestaciones generalizadas, cortes de carretera y protestas frente a las residencias de líderes políticos. La mayor concentración tuvo lugar en Tel Aviv, donde grupos de manifestantes cortaron la principal carretera de la ciudad antes de ser dispersados por policías a caballo.

Un grupo de mujeres vestidas con el reconocible traje rojo de la serie de televisión “El cuento de la criada” protestaron con carteles frente al Consejo Religioso del Gran Rabinato, aludiendo a la deriva del Ejecutivo dominado por ultrasionistas y religiosos hacia una teocracia que recorta los derechos de las mujeres.

Grupos de manifestantes se concentraron a primera hora frente a los domicilios de los ministros ultraderechistas Itamar Ben Gvir y Bezalel Smotrich, mientras que otros lo hicieron a las puertas de la residencia oficial del presidente, Isaac Herzog, en Jerusalén.

Herzog asumió el rol de mediador entre Gobierno y oposición tras la suspensión temporal de la reforma judicial a finales de marzo, pero sin resultado hasta ahora, lo que los manifestantes interpretan como un intento de dejar pasar el tiempo.

Mediante proyectos como una reestructuración en el comité de selección de jueces o una cláusula para limitar las facultades del Tribunal Supremo, la polémica reforma busca otorgar mayor poder al Ejecutivo en detrimento de la Justicia, cuya independencia se vería profundamente socavada.

Los críticos argumentan que se trata de un ataque al equilibrio de poderes de Israel, fundamentalmente a las bases en las que se debe asentar la democracia liberal, ya que concede al Parlamento una influencia inusitada para revocar decisiones judiciales.