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EDITORIALA

El Termómetro Económico presagia malos tiempos


El Termómetro Económico que publica el Departamento de Economía y Hacienda de Lakua constata que la economía de la CAV se está desacelerando. En realidad, ese índice no ha dejado de caer desde hace un año, pero hasta febrero se encontraba en una zona que la Consejería define como de crecimiento sólido; desde entonces ha entrado en terreno más resbaladizo denominado de crecimiento suave. A pesar del carácter multifacético de la actual crisis -económica, social, medioambiental y de cuidados-, el análisis gubernamental no sale de los parámetros habituales: lo fundamental sigue siendo el crecimiento económico.

Con todo lo parcial que pueda ser el indicador, los datos muestran que el aporte positivo a la actividad económica se debe, sobre todo, a las exportaciones, responsables de los buenos registros del sector industrial. Por el contrario, las cifras apuntan a una desaceleración de la inversión que posiblemente sea el motivo del mal comportamiento de la construcción. Una dinámica que el Departamento achaca a la elevada inflación y a la subida de los tipos de interés; sin embargo, en las decisiones sobre nuevas inversiones suele influir más la perspectiva de negocio futuro que los tipos de interés y, a juzgar por la reducción de la inversión, no deben ser muy halagüeñas. En cualquier caso, la caída de la inversión presagia un futuro complicado. Los números muestran, asimismo, que la coyuntura económica está golpeando especialmente a la gente corriente. La caída del consumo es notable y es la principal causa del mal desempeño del sector servicios. La continua subida del coste de la vida y el aumento de los tipos de interés está obligando a las familias a recortar gastos, lo que se traduce en una reducción drástica del consumo.

A pesar de las malas perspectivas, los datos de desempleo no han empeorado. La caída de los salarios reales de los trabajadores y el hecho de que las empresas han aprovechado la inflación para consolidar sus márgenes de beneficio han evitado, de momento, los recortes de plantilla. En cualquier caso, los datos del Termómetro Económico dejan muy poco margen para el triunfalismo y presagian malos tiempos.