Las grandes historias de Kore-Eda

Cannes sigue siendo lo que era, todo a lo grande. Este año han sido 3000 personas más las acreditadas en el evento cinematográfico más importante del mundo (capitalista).

Aquí hay lugares en los que el espejismo de la democracia se acerca a la población de una manera terrenal; los aseos públicos, los puestos de Kebab y, a veces, las historias que llegan a los cines. En Cannes convive una leyenda como Harrison Ford encarnando a Indiana Jones, con jóvenes promesas como Irati Gorostidi que participa en la semana de la crítica con su cortometraje ‘‘Contadores’’, una película producida por Leire Apellániz. El convenio de la industria del metal y el debate del movimiento obrero, es el eje sobre el que pivota esta historia que tendrá continuidad en el largometraje ‘‘Anekumen’’. En la misma línea, alejándose de las narrativas convencionales aparece ‘‘Monsters’’ de Hirokazu Kore-Eda, una deslumbrante película que, a través de distintos puntos de vista, nos sumerge en la historia de abusos y hermanamiento que protagonizan dos niños preadolescentes. La magia de la película reside en la capacidad de Kore-Eda a la hora de crear una historia con un sinfín de capas, desde una puesta en escena minimalista y alejada de la ostentación audiovisual. Llenar de luz un relato tan duro como el de ‘‘Monster’’ es un regalo para el público y para un Festival como el de Cannes, en el que, como siempre, faltan nuevos nombres, faltan mujeres directoras, falta diversidad y nuevos modos de acercarse a la realidad para crear otro tipo de ficciones.