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Hollywood, Babilonia


Imagino que si Kenneth Anger (California 1927) viviera y fuera un adolescente de nuestros días, quizá, su figura, no hubiese trascendido de la misma manera. Anger fue fruto de una época y un lugar que marcó una vida larga y, seguramente a ratos, deliciosamente turbulenta. Kenneth Anger desafió los tabúes sexuales y religiosos a través de sus escritos y películas como ‘Scorpio Rising’ o ‘Fireworks’, y divulgó los cotilleos más escabrosos sobre las estrellas de cine en su ‘Hollywood Babylon’.

Anger ha muerto a los 96 años y hay quien dice que sus libros únicamente eran cotilleos sobre lo que el mundo entendía por escabroso. Tuve la oportunidad de verle y escucharle en 1999, en Gijón. Para ese momento algunos ya le consideraban retirado de su interpretación vital, nosotras le descubrimos gracias a esa insaciable búsqueda de referentes anti-sistema que emprendía el equipo del festival asturiano. El californiano tenía audacia y tenía imaginación, su forma de entender el lenguaje audiovisual, a través de la ruptura de las normas, sembró y permitió que otros se subieran en sus hombros, entre ellos Martin Scorsese: «Como mucha gente, me quedé atónito cuando vi ‘Scorpio Rising’ por primera vez. Cada corte, cada movimiento de cámara, cada pincelada de color y cada textura parecían, de algún modo, inevitables, del mismo modo que parecen inevitables las imágenes de la Virgen en la pintura renacentista». Ver ‘Malas calles’ de Scorsese es visionar su legado.