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OSASUNA

El profesor Arrasate guía a Osasuna hacia el sobresaliente

Arrasate ha sabido gestionar una transición en la plantilla que ha traído consigo éxitos históricos como la clasificación para Europa y la final copera.


Será bastante complicado, por no decir imposible, que Osasuna vuelva a repetir una temporada como la 2022-23. Nunca en su historia de poco más de un siglo habían coincidido en una misma campaña una clasificación europea y la disputa de una final copera.

Y mucho menos se podía haber pensado que en apenas ocho años aquella entidad que estuvo a punto de desaparecer de no haber sido por el gol in extremis de Javier Flaño en Sabadell ahora estaría tocando el cielo y, a buen seguro, su techo deportivo.

Si bien es cierto que desde que el tándem Arrasate-Alkiza cogió las riendas de Osasuna, esta no ha parado de crecer, confiar en que se iba a dar este brutal rendimiento, coincidiendo con una transición en la plantilla, hubiera sido un ejercicio de adivinación al alcance de muy pocos.

Precisamente que esa metamorfosis haya ido como la seda ha supuesto una de las claves del éxito. La incorporación y ensamblaje de futbolistas talentosos -Oroz y Moi Gómez- ha permitido al bloque rojillo ganar en recursos futbolísticos, variantes tácticas y poderío casero.

Porque, como aseguró el preparador de Berriatua, los objetivos se consiguen en propio estadio y ahí Osasuna ha visto aumentar sus expectativas de manera importante. Baste decir que en el curso recién finalizado, el cuadro navarro ha sumado 34 puntos en El Sadar, una docena más de los que logró el año anterior.

Lo que vendrían a ser cuatro victorias más que han visto en directo unos incondicionales que este curso se lo han pasado en grande, concentrados en apenas un mes dos envites históricos, como fueron la final del torneo del K.O. en La Cartuja y la última jornada liguera frente al Girona.

Sensaciones que han posibilitado que el osasunismo haya crecido de manera exponencial y que las generaciones más jóvenes hayan quedado enganchadas de por vida al equipo de su tierra, precisamente cuando el intenso bombardeo mediático promueve la afiliación a alguno de los clubes más poderosos económicamente del mundo.

LA VERSATILIDAD, UN CLÁSICO

A la llegada de más clarividencia sobre el verde, Osasuna le ha sumado el otro ingrediente que siempre aparece en la receta de todos los años: que Arrasate sabe cómo reinventar al equipo dotándole de esa versatilidad que desarbola las previsiones de los rivales.

Ese saber a qué se compite ha estado presente en la mayoría de los duelos que han encarado los rojillos, independientemente del adversario, lo que le ha convertido en un hueso duro de roer por su rocosidad defensiva y efectividad en ataque.

No parece casualidad que el equipo haya repetido idéntica cifra goleadora favorable en Liga (37 dianas) en los últimos tres cursos, bastante menor que la de otros conjuntos de la misma zona de la tabla, lo que es sintomático de la rentabilidad que extrae a sus tantos.

Al hilo de esto, un dato significativo. Solo en un encuentro de esta campaña -el disputado en la penúltima jornada en el Coliseum- le han conseguido remontar a Osasuna. En todos los demás en los que los rojillos se pusieron por delante acabaron sumando algún punto con el pitido final.

Cuestión que no es baladí si tenemos en cuenta que Arrasate, por lo apretado del calendario, ha debido echar mano de las rotaciones -importante papel el que han jugado ahí los canteranos-, demostrando que este año sí había profundidad de banquillo en el vestuario.

Una necesidad que volverá a repetirse en el próximo ejercicio, si tenemos en cuenta que habrá que afrontar hasta cuatro competiciones. Cuatro oportunidades más para que este equipo demuestre su valía y sus hinchas vuelvan a repetir emociones únicas.