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Cambiazos


Yo tecleé “alienación” y el aparatejo me corrigió y escribió “alineación”. El aparatejo es el PC, no, no, nada de comunismo, me refiero al personal computer. Nunca el ser humano ha estado tan alienado como ahora, por eso es necesario hacer desaparecer la palabreja y darnos fútbol por liebre para que el concepto se disuelva en el aire. “Restaurador”, “maridaje”, “gourmet”, “gastrobar”, o lo que es aún peor, “gastroteca”, son vocablos que me producen gastroenteritis pertinaz: léxico de primer mundo satisfecho, hastiado y banal; democratización del esnobismo y del consumo, pero solamente de eso. Más horrísonos cambiazos léxicos: una sociedad en la que se usa sin tasa la palabra “coaching” y en la que la mayoría de las crías y los críos quieren ser de mayores “influencers” tiene que pararse un rato y pensar que hay algo que no está haciendo bien. “Sinergia”, “empoderamiento”, “empatía” son otros neologismos de moda esta temporada neocapitalista; sí, ya sé que lo del “empoderamiento” nos tiene ganados pero, ¿qué quiere decir realmente?

A menudo el hecho de que una nueva palabra aparezca, la oigamos, la leamos y la usemos con fruición, es algo poco natural. Al usar un vocablo y un concepto hay otro que cae en desuso; ¿hace cuánto que no leemos, escuchamos, usamos el término “solidaridad”? Probablemente tanto como eso de la “empatía” se ha puesto de moda. Pero la “empatía” es pasiva y nos la vende el management empresarial y la “solidaridad” es activa y trabajadora.