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DE REOJO

Humo tóxico


El humo siempre señala. Además, huele y el olfato también dirige la alerta. La vista trabaja, pero puede ver trampantojos que asemejan realidades. Las imágenes pueden ser mentirosas convulsivas. Escuchamos voces, ruidos, frecuencias indetectables que nos condicionan y determina nuestro estado de ánimo que el tacto convierte en un tensión cutánea y hasta en rasgaduras. En este contexto, ¿quién habla de objetividad? Los charlatanes.

Una duda razonable es si quienes estamos atentos a diversos medios de comunicación social de formato decimonónico como los periódicos atendemos a sus versiones digitales, conectamos con las cadenas televisivas para descifrar los mensajes contradictorios y usamos moderadamente las redes sociales, estamos mejor o peor informados. Dicho de otra manera, ¿somos capaces de pasar por algún tamiz tanta desinformación tóxica y llegar a alguna síntesis, aunque sea vectorial? Sigo en la duda que me carcome.

Ejemplos prácticos. Hay una ola de censura de obras de teatro, películas y otras manifestaciones artísticas que se está practicando en ayuntamientos recién nombrados. Y todos son de la extrema derecha bicéfala. Es una tendencia, un plan, una manera de hacer propaganda política para estas elecciones que vienen. Lo mismo que existe un grupo organizado con rasgos paramilitares que se llama Desokupa y que lanzan mensajes absolutamente identificados como de terrorismo de extrema derecha, con amenazas muy claras, que forma parte de la estrategia electoral de Vox. Y Marlaska mira para otro lado con ¿impotencia o complicidad?