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Alfredo de Miguel, exdirigente del PNV en Araba, entra en la cárcel por corrupción

El exburukide Alfredo de Miguel entró ayer en la prisión de Zaballa para hacer frente a una pena de 12 años y 4 meses, aunque con un máximo de tiempo efectivo en prisión de 9 años. Koldo Ochandiano, condenado en la misma causa, ingresó el miércoles en la cárcel alavesa.

Alfredo de Miguel, entrando en los Juzgados de Gasteiz en una fotografía de archivo. (Juanan RUIZ | FOKU)

Alfredo de Miguel ingresó ayer en la prisión alavesa de Zaballa para cumplir una pena de doce años y cuatro meses, aunque con un máximo de tiempo efectivo en prisión de nueve años. Entró en la cárcel en torno a las nueve y media de la mañana, 13 años después de su arresto, tras un larguísimo proceso de investigación judicial y al poco de que hiciera lo propio Koldo Ochandiano, otro exburukide condenado igualmente en la mayor causa por corrupción abierta en la CAV, que hizo tambalear el Gabinete foral de Xabier Agirre y puso en serios aprietos al PNV.

La Audiencia de Araba había rechazado sus recursos y les había dado 72 horas de plazo, que finalizaba al mediodía, para acceder de forma voluntaria a la prisión alavesa, en la que también cumple condena desde mediados de mayo Xabier Sánchez Robles, exdirector de Juventud del Gobierno de Lakua, sentenciado a 7 años y 1 mes.

RED PARA OBTENER CONTRATOS IRREGULARES DE LA ADMINISTRACIÓN

Al igual que Aitor Telleria, pendiente de un informe médico que le podría permitir eludir la prisión, los encarcelados fueron condenados -junto a otras diez personas que no deberán entrar en prisión- por integrar una red para obtener irregularmente contratos públicos de administraciones gobernadas por PNV y cobrar comisiones.

En concreto, según señala literalmente el fallo del Tribunal Supremo, De Miguel, Ochandiano y Telleria, «prevaliéndose de su capacidad de influencia política como miembros de la ejecutiva alavesa del PNV y de su compañerismo político con personalidades que ocupaban puestos de relevancia en la administración autonómica y municipal, se concertaron para favorecer que determinados organismos de la administración adjudicaran contratos de obras o de servicios a empresarios que estuvieran dispuestos a pagarles una comisión». «Para encubrir el cobro de estas comisiones, los acusados constituyeron varias sociedades que facturaban servicios ficticios a los empresarios beneficiados. Sociedades que aparentaban no pertenecer a los encausados, pues se constituyeron bajo la titularidad de testaferros», detalla el tribunal.

EL CASO SE DESCUBRIÓ EN 2010

Koldo Ochandiano era contable del parque tecnológico de Miñano, donde una abogada, Ainhoa Alberdi, denunció el 2 de diciembre de 2009 a la Fiscalía que el entonces diputado de Administración Local y exnúmero dos del PNV en Araba, Alfredo De Miguel, le había pedido una comisión de 100.000 euros por su intermediación para lograr un contrato de ampliación de dicho parque.

En marzo de 2010 se produjeron las primeras detenciones y no fue hasta ocho años más tarde, en enero de 2018, cuando se inició el juicio en la Audiencia de Araba. Tras la sentencia inicial y los posteriores recursos, en enero de este mismo año el Tribunal Supremo confirmó las condenas aunque rebajó ligeramente algunas.

La más elevada fue para De Miguel, por los delitos de asociación ilícita, cohecho pasivo, prevaricación, malversación y tráfico de influencias.

El PNV ha querido desvincularse de este caso, pero las muestras de apoyo fueron notorias cuando salió a la luz -incluido el abrazo de Egibar a De Miguel- y varios condenados han mantenido puestos en empresas ligadas a la Administración hasta que la sentencia del Supremo fue firme.