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EDITORIALA

El régimen guatemalteco, contra las cuerdas


Los resultados de las elecciones del 25 de junio en Guatemala fueron sorprendentes. Junto a la candidata del poder, la ex primera dama Sandra Torres, pasó a la segunda vuelta el candidato del partido socialdemócrata Semilla, Bernardo Arévalo de León. A pesar de que una misión de la OEA validó los comicios, 9 partidos políticos maniobraron y lograron que la Corte de Constitucionalidad -que no tiene competencias para ello- suspendiera la proclamación de resultados y ordenara un nuevo recuento. Esto generó gran inquietud por la posibilidad de que se desvirtuara el voto popular. Finalmente, prácticamente terminado el nuevo recuento, se confirman los resultados de la primera vuelta.

No ha sido la única maniobra judicial que ha habido. Previamente el Tribunal Supremo Electoral dejó fuera de la carrera electoral a tres candidatos con posibilidades de disputar la presidencia. Los electores con su voto han dejado patente la escasa credibilidad de un proceso electoral amañado. La abstención fue del 40% del electorado. Considerando solo los votos emitidos, ganó el voto nulo, con el 17%, por delante de Torres, que obtuvo el 15,8%, y Arévalo, con el 11,7%. Y la cuarta opción fue el voto en blanco, con el 6,9%. Los resultados dejaron patente el profundo descontento que existe en un país en el que la élite política que llevó a cabo el genocidio contra la población indígena durante la dictadura de Ríos Montt todavía sigue ostentando el poder, lo que ha permitido, por ejemplo, que la hija del dictador pudiera presentarse a las elecciones. El compromiso de Arévalo contra la corrupción ha sembrado el nerviosismo en un país en el que se denomina «Pacto de Corruptos» al grupo de políticos, militares, empresarios y personas vinculadas al narcotráfico que han cooptado la mayoría de las instituciones del Estado desde que lograron la expulsión en 2019 de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala de la ONU.

La comunidad indígena ya ha avisado de movilizaciones masivas si se modifican los resultados. A pesar del intento de la Corte, el régimen guatemalteco carece de apoyos externos e internos para modificar el resultado electoral de junio.