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CUMBRE DE LA ALIANZA ATLÁNTICA

La OTAN abre la puerta a Kiev en un proceso acelerado, pero sin fechas

Los líderes de la OTAN renovaron la invitación a la entrada de Ucrania en la organización militar y acordaron un proceso acelerado, pero evitaron concretar un calendario para irritación del Gobierno de Kiev, estimando que no habrá ingreso mientras dure la guerra. Eso sí, aprobaron acuerdos bilaterales de defensa, más armamento para Ucrania y disparar el gasto militar.

A la izquierda, el presidente lituano, Gitanas Nausedas, abraza a Zelenski en un acto público paralelo a la cumbre en Vilna. A la derecha, Joe Biden y Recep Tayyip Erdogan escenificaron su acercamiento tras el fin del veto turco a Suecia. (Petras MALUKAS-Andrew CABALLERO REYNOLDS | AFP)

«El futuro de Ucrania está en la OTAN», defendieron los líderes de la Alianza al reiterar la invitación a integrarse una vez el país cumpla las condiciones de seguridad y lo acuerden los miembros de la OTAN, una promesa con la que renuevan el compromiso ya expresado en 2008.

Aunque aprobaron un proceso acelerado que simplifica los pasos previos, la falta de un calendario definitivo irritó al Ejecutivo ucraniano en la cumbre de jefes de Estado y Gobierno de la OTAN que se celebra ayer y hoy en Vilna.

El secretario general de la organización, Jens Stoltenberg, anunció que los líderes de la Alianza Atlántica emitirán la invitación «cuando los aliados lo acuerden y se cumplan las condiciones» necesarias para el ingreso de Kiev.

Estas condiciones se refieren a la modernización de las instituciones de defensa y seguridad y al fortalecimiento de la gobernanza, incluida la lucha contra la corrupción.

Pero una condición planea sobre las otras y es la que más irrita al Gobierno ucraniano: la guerra.

Stoltenberg subrayó que todos los miembros de la Alianza están de acuerdo en que, mientras siga la guerra, «no es el momento para convertir a Ucrania en miembro pleno de la Alianza».

Cuando los aliados juzguen que ha llegado ese momento, el proceso de adhesión será más rápido que el ordinario, al eliminar el denominado «plan de acción para la adhesión» (MAP), lo que supone que Ucrania no tendría que participar en un programa de varios años para demostrar que ha llevado a cabo las reformas militares, económicas y políticas necesarias para unirse a la alianza militar.

Stoltenberg explicó que, de esta forma, pasa de ser un proceso «de dos pasos» a un procedimiento «de uno».

Los aliados, asimismo, aprobaron un nuevo programa plurianual de varios miles de millones en apoyo militar que garantice la plena interoperatividad de las fuerzas ucranianas con las de la OTAN, así como elevar el nivel de la relación política mediante la creación del Consejo OTAN-Ucrania, un foro en el que ambas partes participarán como iguales y que constituye la mayor relación de la organización militar con un tercer país.

ZELENSKI SE IMPACIENTA

Con estas medidas tratan de calmar el enfado del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, quien, mientras se dirigía a la cumbre, consideró «absurdo» que la Alianza no dé una fecha de invitación concreta a su país. Zelenski criticó también las «vagas declaraciones» sobre las condiciones de adhesión y llegó a decir que «esto significa que se está dejando una ventana de oportunidad para regatear con la integración de Ucrania en la OTAN en las negociaciones con Rusia».

Stoltenberg respondió a la crítica defendiendo que los aliados «han decidido hoy un fuerte, unido y positivo mensaje a Ucrania sobre un apoyo duradero, pero también un mensaje positivo sobre el camino hacia la membresía».

«La OTAN dará seguridad a Ucrania. Ucrania hará a la OTAN más fuerte», declaró Zelenski en un acto público en Vilna paralelo a la cumbre.

Este paso adelante sin referencia temporal para el ingreso de Ucrania contenta a Alemania y EEUU, que eran los más reticentes a extender la invitación a Kiev, que sí reclamaban países del Este de Europa como Polonia y los bálticos.

Antes del comunicado final, el Kremlin ya había advertido a la OTAN de las consecuencias «muy negativas» para la seguridad europea de la pertenencia de Ucrania. «Esta es claramente una cumbre de la Alianza que tiene un fuerte carácter antirruso», alertó.

ACUERDOS DE SEGURIDAD

Para evitar una implicación abierta en el conflicto con Rusia, pero aumentar a la vez su apoyo a Kiev, la Alianza ha empleado una maniobra por la que las garantías de seguridad a Ucrania en caso de agresión no las ofrecerá la organización en su conjunto, sino que serán los países que forman el G7, y alguno más que pueda sumarse, quienes materialicen este compromiso. El presidente estadounidense, Joe Biden, apuntó a un acuerdo similar al que une a EEUU e Israel, por el que Washington entrega cada año varios miles de millones de dólares de ayuda militar, con una garantía a largo plazo.

Varios aliados aprovecharon la reunión de Vilna para hacer nuevos anuncios en entrega de armamento.

Entre ellos destacó el realizado por París de que ya ha comenzado la entrega de misiles Scalp de largo alcance. Se lanzan desde el aire y tiene un alcance de más de 250 kilómetros, más que cualquier otra arma suministrada a Kiev por los países occidentales.

El Kremlin advirtió de que la entrega de los Scalp es un «error» que llevará a Rusia tomar «contramedidas».

Berlín se comprometió con casi 700 millones de euros en armas adicionales, lanzadores para el sistema de defensa antiaérea Patriot, vehículos blindados del tipo Marder, tanques Leopard 1 A5 y proyectiles de artillería.

Estas promesas se suman a las decenas de miles de millones de dólares en equipos ya entregados a Ucrania desde que Rusia invadió el país hace poco más de 500 días.

Además, los líderes de la OTAN aprobaron una «nueva generación» de planes de defensa regionales que permitan defender rápidamente «a cualquier aliado que se vea amenazado» y una «nueva fuerza de reacción multinacional».

Pero, sobre todo, tienen a Rusia en el punto de mira. De hecho, la declaración señala al país euroasiático como la «amenaza más significativa y directa» para su seguridad y la estabilidad euroatlánticas.



Moscú advierte sobre Suecia

El Kremlin advirtió de que las consecuencias de la adhesión de Suecia a la OTAN serán «definitivamente negativas» y de que Rusia adoptará en respuesta medidas similares a las que planea a raíz de la entrada de Finlandia.

La entrada de Suecia a la OTAN se vio despejada el lunes al levantar Turquía su veto horas antes del comienzo de la cumbre de Vilna. Ankara exigía a Estocolmo la persecución de activistas y refugiados kurdos. Suecia ha llegado a reformar su Constitución y su legislación «antiterrorista» y ha levantado el veto a la venta de armas a Turquía para acceder a las exigencias turcas. La posible venta de cazas F-16 estadounidenses, que el Congreso de EEUU había vetado, y el fin del embargo de tecnología militar por parte de Canadá también entraron en el juego de negociaciones con Ankara. A última hora, Erdogan reclamó, además, que la UE allanara el proceso de entrada de Turquía, estancado hace varios años. A este respecto, el portavoz el Kremlin advirtió a Ankara de que nadie en Europa quiere ver a Turquía dentro de la UE y que, apesar de su visto bueno al ingreso de Estocolmo a la OTAN, su ingreso en la UE parece lejano. Erdogan y el presidente de EEUU, Joe Biden, aprovecharon la cumbre para escenificar su acercamiento.GARA