Jantziaren Zentroa se sumerge en la época del charleston

La exposición permanente de Jantziaren Zentroa se renueva para trasladarse a la época del charleston, en los locos años 20. A ritmo de jazz, se exponen 18 trajes iluminados por plumas, perlas y piedras preciosas. También se puede visitar la exposición ‘‘MODAkhrome’’.

La nueva exposición permanente de Jantziaren Zentroa ha abierto sus puertas. Una nueva muestra con la que podemos conocer a través de 38 trajes la historia de la moda desde el siglo XVIII hasta 1970.

En el primer piso, el visitante escuchará sonidos de jazz y al entrar en la sala, se trasladará a la época del charleston, en los locos años 20. En total se exponen 18 trajes, 17 de ellos vestidos y un traje masculino.

Tras el fin de la Primera Guerra Mundial fue el momento en el que las mujeres liberaron sus cuerpos dejando atrás corsés y armazones con los que no podían respirar ni moverse. «Nos adentraremos en la noche y en la fiesta, los trajes brillan a medida que los focos iluminan los miles de piedras preciosas y perlas que llevan cosidos. Plumas, sombreros, collares, peinado de la época, maniquíes vestidos respetando y cuidando todos los detalles», explican desde el centro creado por Iraultza dantza taldea.

En cuanto a la procedencia de las prendas, la mayoría son de EEUU y del Estado francés. También hay vestidos de Euskal Herria, concretamente de Donostia y de Maule.

En las paredes de la sala, textos que nos describen la influencia del Art Déco entre otros en disciplinas como la arquitectura, la pintura, la música y la moda. En una pantalla se proyectan fotos de la época, imágenes en blanco y negro, mujeres de hace un siglo. «Podemos ver su vestimenta, peinado, maquillaje y sonrisa», recalcan.

En la segunda planta de Kapitain Etxea, una muestra de 20 trajes plasma la moda entre el siglo XVIII y la década 1970. Destacan un vestido de novia de Leitza de 1911, un vestido de noche de Baiona de los años 20, y dos trajes de Maule de la década de los 50 y 70.

En el apartado de moda se muestran prendas de cuatro grandes diseñadores de alta costura como Charles Frederick Worth, Paul Poiret, Jeanne Pakin y Cristóbal Balenciaga.

«MODAKHROME», HISTORIA DEL COLOR

No es la única muestra que ha abierto Jantziaren Zentroa: bajo el título de ‘‘MODAkhrome’’, el visitante puede conocer la historia del color a través de la moda.

«Hasta el año 1856 en el que se descubrió por casualidad el primer tinte sintético, los colores que se utilizaban para teñir el textil procedían de plantas, minerales o animales. La exposición nos cuenta el origen de esos colores y al mismo tiempo, el significado que en la historia de la moda han tenido los colores que se reúnen en la muestra», indican. La exposición consta de 9 colores, 9 trajes y 9 textos. Se puede ver de dos formas, descubriendo el origen e historia de cada color o la evolución de la moda durante dos siglos. «Son trajes monocromáticos, es decir, replicas diseñadas en un solo color. Réplicas de trajes desde el siglo XVIII hasta 1950. A través de los nueve trajes veremos cómo ha cambiado la silueta de la mujer en los últimos doscientos años, silueta que la moda imponía».

Al lado de cada traje se puede leer un cartel en el mismo color con la explicación del tinte y su significado en la historia de la indumentaria. «Los textos nos descubrirán que el color rojo lo trajo Hernán Cortes de América, el azul Vasco de Gama de la India, el color más abundante en la naturaleza es el amarillo y el tinte más difícil de conseguir el verde, color que fue tóxico durante décadas ya que el tinte se obtenía del arsénico», dicen.

Mientras dure la exposición ‘‘MODAkhrome’’, Jantziaren Zentroa publicará en sus redes cada día tras la pregunta ‘‘¿Sabías que?’’ numerosas curiosidades sobre el color. «Nos descubrirá entre otros por qué es amarillo el mallot del ganador del Tour, rojo el pañuelico de San Fermín y rosa el pequeño lazo que nos ponemos en contra del cáncer de pecho», señalan.

‘‘MODAkhrome’’ se puede ver de forma gratuita hasta el 29 de octubre. La entrada para la exposición permanente cuesta 3 euros.