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JOPUNTUA

La campaña aturdida del PSOE


Pasan cosas bien raras últimamente. Sánchez debe de ser el primer candidato de la historia que se ve sorprendido por unas elecciones que ha convocado él mismo. Su principal error es no haberse dado el tiempo necesario para hacer una lectura propia de las municipales y, en la urgencia, haber adoptado la de la derecha. Y así todo ha quedado reducido a la guerra cultural, el eslogan de patio de primaria «que te vote Txapote», o eso del «sanchismo», que es una ensalada discursiva en la que cada cual pone o quita lo que le parece.

Pero, ¿seguro que es eso todo lo que pasó el pasado 28 de mayo? Aceptemos que puede ser la razón por la que el PSOE perdió Sevilla, Aragón o Logroño, ¿pero también fue lo que hizo perder Barcelona a los Comuns, València a Compromís y a ERC meterse la castaña de la década? Algo no encaja y ese algo merecía una reflexión un poco más aguda de Moncloa, en vez de una atolondrada huida hacia adelante.

Una realidad difícil de aceptar en la izquierda es que la legislatura de Sánchez, así como otras municipales y autonómicas, han sido decepcionantes para una parte de su base electoral. La sensación de tibieza legislativa, de poco atrevimiento en las medidas, combinada con la pérdida de poder adquisitivo de las familias de rentas bajas, es una bomba electoral.

Los grandes temas que gustan al nacionalismo español no son capaces de explicar por qué un votante de izquierdas o independentista se queda en casa. El desencanto de ciertas expectativas sí es una teoría plausible. Pero como no lo han visto, como ni siquiera se han parado un momento a mirarlo, nadie en la izquierda está haciendo campaña para combatir este eje de descontento, sino que se dedican a arrastrar el victimismo por los medios de los rivales.

Tendemos a sobrestimar las campañas. No sabemos si en otro contexto Sánchez hubiera podido remontar los errores de la legislatura. Lo que parece obvio es que, en su actual estado de aturdimiento, es muy poco probable que lo haga.