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JOPUNTUA

La falta de personal mata


Vivo en la residencia de mayores de Azkoitia y, ocasionalmente, suelo tocar el tema en mis artículos. De hecho, hace un año por estas fechas, me referí a un informe del Gobierno Vasco encargado a su propio departamento de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, en relación al virus y su incidencia en las residencias vascas.

El informe, publicado tarde y solo porque se acabó filtrando a los medios, concluía que el binomio «muerte-personal» en las residencias era inversamente proporcional o, lo que es lo mismo, que a más personal en las residencias menos muertes hay que lamentar.

Verdad de perogrullo que, sin embargo, el Gobierno Vasco sigue sin entender, y que no se limita solo a ese binomio «muerte-personal» en los tiempos del virus, sino a otras posibles relaciones a establecerse, así no haya virus, y que yo hago públicas sin necesidad de que el Gobierno Vasco me pague el informe: a más personal menos soledades; a más personal menos tristezas; a más personal menos gritos, menos enfados, menos caídas, menos golpes, menos fracturas, menos «accidentes», menos urgencias; a más personal menos esquelas.

Hace un año en San José Egoitza creíamos haber tocado fondo en relación a la falta de personal. Craso error. Al margen de que Biharko y otras empresas del negocio insistan en hablar de «atención personalizada» y demás zarandajas al uso, un año más tarde la situación ha empeorado. Parecía imposible pero lo han logrado y la falta de personal es insoportable. Lo saben las trabajadoras, los sabemos los residentes y lo saben también las familias, incluyendo las que prefieren no tener malas noticias y echarle la culpa al mensajero, como también lo saben el propio Gobierno Vasco y las empresas a las que les importa una mierda todo esto y que siempre se excusan en bajas, en vacaciones o en que María estaba lavando y se le acabó el jabón.

Con virus y sin virus, con informe y sin informe, la falta de personal: ¡Mata!

(Preso politikoak aske)