Organigrama

Por motivos de cambio político, jubilación, oposiciones o simple salto generacional no ajustado a las necesidades sino al calendario lunar, estamos viviendo algunas situaciones paradójicas en lugares relevantes de la gestión cultural y, por ello, que afecta también a las artes escénicas que son, a la postre, los lugares donde la especialización se requiere de una manera más explícita, debido a las características y condiciones especiales requeridas para que se realice la actividad, ya que no está solo circunscrita a una referencia teórica o referencial, sino tangible, medida, tasada, pesada y con enchufes apropiados para desplegar toda la tecnología.

Si lo que más se visibiliza es el cambio en campos importantes de la gestión administrativa, funcionarial, no es menos aparatosa la ausencia en el terreno de lo técnico, tanto en los grandes coliseos como en los teatros más pequeños, de personal suficiente. Existe en estos momentos, por circunstancias diversas, una falta de personas con formación adecuada para completar los equipos técnicos, dispuestas a involucrarse a medio plazo con compañías que tengan giras amplias.

Por otro lado, los organigramas en todos los planos de la gestión política o profesional no acaban de estabilizarse y vemos renuncias, cambios, fichajes de difícil comprensión que producen más inquietud que ilusión y que no acaban de funcionar. Se requiere planificar con nuevos criterios que sean más eficaces.