GARA Euskal Herriko egunkaria

Los refugiados rohingyás exigen un regreso digno a Myanmar

Miles de refugiados rohingyás en Bangladesh exigieron un regreso digno a su Myanmar natal, seis años después del inicio de unas sanguinarias operaciones militares contra su población que causaron el éxodo de casi 774.000 miembros de esta discriminada minoría.

Protesta en el en el campamento 1 Este de Cox's Bazar, en Bangladesh. (Tanbir MIRAJ | AFP)

Con eslóganes como «la esperanza es el hogar», «no más vida de refugiados» o «detened el genocidio», miles de jóvenes rohingyás subrayaron su deseo de volver a casa en condiciones dignas y de seguridad en una de las mayores manifestaciones, en el campamento 1 Este del distrito de Ukhiya de Cox's Bazar.

Denunciaron las condiciones inhumanas en que viven demandaron justicia por las atrocidades cometidas contra ellos por el Ejército birmano en el estado de norteño de Rakhine.

Bangladesh alberga a casi un millón de refugiados de esta perseguida comunidad mayoritariamente musulmana que huyeron de la vecina Myanmar, de los cuales alrededor de 774.000 escaparon al país durante la represión del Ejército birmano en 2017., calificada por Naciones Unidas de intento de limpieza étnica y posible genocidio.

REPATRIACIONES FORZOSAS

Bangladesh ha intentado hasta ahora llevar a cabo dos procesos de repatriación, que fracasaron porque los rohingyás se negaron a regresar a sin garantías de ciudadanía y seguridad.

Trabajan ahoraen un tercero, supuestamente respaldado por China, pero paralizado desde mayo después de que un grupo de refugiados de esta minoría viajó a Myanmar y constató que no hay condiciones adecuadas para regresar.

Myanmar ha impuesto sus propias condiciones al regreso que no han sido reveladas públicamente, ni siquiera a los propios rohingyás, según el comisionado de Ayuda y Repatriación de Refugiados de Bangladesh, Mizanur Rahman..

EN EL OLVIDO

Sin embargo, en los últimos meses la repatriación ha pasado a un segundo plano entre recortes de ayuda y unas elecciones próximas en Bangladesh que han abierto una brecha con Occidente.

Estados Unidos y varios estados de la Unión Europea han expresado su preocupación sobre los recientes episodios de violencia contra la oposición mientras se acercan las elecciones, creando así fricción con el Gobierno de la primera ministra, Sheikh Hasina.

En esta tesitura, el pesimismo es total entre loss rohingyás, que recelan del plan chino, al considerarlo una maniobra para aliviar la presión sobre su aliada junta militar birmana. «Myanmar no tiene ninguna intención de aceptar de vuelta a los rohingyás y China siempre apoya a Myanmar».

Por otro lado, denuncian que no son tratados como seres humanos por Bangladesh y que viven entre tiroteos y asesinatos en los campamentos.

«No tenemos suficiente trabajo, cada año más de dos millones de bangladesíes entran al mercado laboral y no damos abasto para darles empleo, así que para nosotros no es posible absorber a los rohingyás« se justifica el ministro Exteriores, AK Abdul Momen.