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JOPUNTUA

Demasiado ruido


El Juzgado de Instrucción nº 2 de Azpeitia ha sobreseído una de las querellas interpuestas en 2015 por supuestas irregularidades en la liquidación de las obras de la AP-1 que experimentaron un sobrecoste del 55% sobre lo presupuestado. Se trata de una decisión provisional, no es una sentencia, sino un auto que acuerda no continuar con la investigación abierta en su día por existir indicios de delito, que no es definitiva, que no es firme, al caber recurso contra la misma y que se produce ocho años después de la interposición de la querella. Y, sin embargo, está recibiendo un tratamiento mediático como si se tratase de la sentencia inapelable del juicio final: portadas, comparecencia de la diputada general, críticas a los querellantes y a la documentación utilizada para sustentar sus acusaciones y ocultación de que, en realidad, pese a haber transcurrido ocho años de instrucción, no se han realizado nuevas pericias para comprobar la veracidad de lo denunciado, porque hacer esos informes era caro. Podría pensarse que cuando en una obra así se producen desviaciones de más del 50% se debería investigar de oficio, pero en cambio, lejos de eso, lo que se hace es poner a parir a los responsables políticos que ante semejante situación piden que se investigue lo ocurrido y se justifique.

Esta reacción, tan desproporcionada, recuerda los casos de aquellos a los que se les archiva una causa en su contra por prescripción y proclaman a los cuatro vientos que la justicia ha reconocido, por fin, su inocencia, cuando en realidad lo que se declara es que no puede perseguir el delito por el transcurso del tiempo.

Demasiado ruido, que evidencia que hay nervios entre los responsables técnicos del actual equipo de gobierno de la Plaza de Gipuzkoa donostiarra. Vivimos un tiempo electoral casi permanente y el año próximo llegarán las autonómicas. Fingen tranquilidad, pero parecen temer que su persistente descenso pueda llegar a ser cuesta abajo y sin frenos.