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EDITORIALA

La visita del Borbón representa la imposición


Ayer Iruñea celebró los 600 años del Privilegio de la Unión, el acto con el que se fusionaron en una ciudad los tres burgos que existían previamente. La conmemoración se vio empañada por la presencia de Felipe de Borbón, invitado por la alcaldesa de Iruñea, Cristina Ibarrola. Esta parece dispuesta a utilizar todos los medios a su alcance para dejar su impronta, intentando ocultar que en realidad es la alcaldesa de la minoría.

Independientemente del punto de vista desde el que se aborde, la visita del monarca español carece de sentido. La conmemoración recordaba un acto que es anterior a la conquista de Nafarroa por las tropas castellanas, por lo que no tiene nada que ver con España ni con los reyes españoles, y mucho menos con los borbones. Tan fuera de lugar estaba el monarca español que hasta la presencia de una bandera de Nafarroa portada por un grupo de personas molestó a la comitiva real. La visita de los borbones tampoco tuvo nada que ver con el sentir mayoritario de la ciudadanía, que según los más recientes estudios de opinión, es abierta y mayoritariamente republicana. En Nafarroa casi tres de cada cuatro encuestados se declaran republicanos, solo por detrás de Gipuzkoa, Bizkaia, Girona y Lleida e igualada con Araba.

Por otro lado, Ibarrola decidió invitar al monarca por su cuenta, sin consultar la opinión del resto de fuerzas de la corporación. Un gesto autoritario que continúa con el empeño de la derecha navarra de pasear al rey español por el Viejo Reino, y cualquier excusa es válida para ello. En su momento, UPN se sirvió de la entrega del premio Principe de Viana para organizar una visita anual. Felizmente, el Gobierno del Cambio terminó con esa triste tradición de pleitesía a un rey que, entre otras cosas, representa en este país la negación del derecho de Euskal Herria a decidir su propio futuro. Es, asimismo, el símbolo de la represión que durante años ha ejercido el Estado español contra la disidencia vasca.

En Euskal Herria, Felipe de Borbón representa la imposición de una minoría pequeña pero poderosa sobre los deseos de igualdad y libertad de la mayoría de la ciudadanía.