Mundos muy diversos atrapados en una isla

Cláudia Varejao, reconocida por su talento en el documental y para trasladar a la pantalla títulos protagonizados por mujeres como “Most Beautiful Island” y películas que exploran temáticas LGTBIQ+ como “Un perro ladrando a la luna”, nos sorprende ahora con su nueva obra ambientada en la idílica isla de São Miguel. En esta ocasión, explora las complejas relaciones entre tres individuos en un entorno marcado por la religión y la tradición, situándonos en un rincón turístico de las Azores. La película se adentra en los vínculos entre una mujer nativa de la isla, un joven queer que desafía las normas establecidas, y otra que llegó desde Canadá en busca de algo que va más allá de lo convencional. A medida que estas tres almas dispares entrelazan sus vidas en este escenario insular, la cineasta portuguesa nos invita a reflexionar sobre la influencia de la religión y las costumbres arraigadas en la identidad de cada personaje, así como en el devenir de sus relaciones.

RELIGIÓN Y TRADICIÓN

La película nos descubre una comunidad queer, oculta entre ceremonias religiosas y celebraciones centenarias, cuyos miembros enfrentan con silente orgullo las rígidas creencias arraigadas en la población local. Uno de los protagonistas, Luis (Ruben Pimenta), acepta valientemente participar en una peregrinación junto a su padre, a pesar de las burlas de sus compañeros de viaje y la creciente desaprobación de su progenitor, quien ve en la tradición una batalla contra los valores más arraigados. Varejao integra con destreza elementos íntimos, colectivos y políticos, tejiendo una narrativa sensible e inteligente y donde sus personajes ocupan un lugar fundamental.