GARA Euskal Herriko egunkaria
UNE SILENCE

Lafosse malentiende a su Penélope


Los primeros compases de “Une silence” nos descubren los ojos de Astrid (Emmanuelle Devos) empapados en lágrimas mientras maniobra con el coche por callejones estrechos, una réplica actualizada del mito de la Penélope que sufre ensimismada -cual Jeanne Moreau en “Ascensor para el cadalso”- por consecuencia de los actos de los hombres en casa. Joachim Lafosse es fiel amante del melodrama, por lo que en los momentos inaugurales de la película nos prometerá focalizar a través del sufrimiento de ella toda la ordenación de acontecimientos de la película, basados en un escabroso caso real en Bélgica. En un gesto valiente, el cine permite que por fin ella tenga voz sobre su historial familiar.

Sin embargo, cuando uno de los hijos de Astrid decide denunciar a su marido (Daniel Auteuil) de un crimen que acabaría con la carrera de este reconocido abogado, Lafosse aparta a su heroína y deja llevarse por las olas que la denuncia provoca sobre la frágil estructura familiar (en definitiva, cae en el ninguneo del mundo femenino que el género del melodrama trata de combatir). Ni que el rompecabezas que anuncia en clave de thriller fuera realmente tan interesante, o sus personajes tuvieran algo de profundidad… Ni que hubiera decisiones fílmicas que superaran la estética plana y automatizada de un telefilme, con machacona banda de violines por subrayados emocionales inclusive.