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Sunak promete cambio y medidas «radicales» para recuperar votantes

Los retos para cambiar el rumbo de los sondeos de cara a las elecciones del próximo año son importantes y para recuperar a los votantes el primer ministro británico, Rishi Sunak, que ayer se presentó como paladín del cambio en el congreso del Partido Conservador, apostó por medidas que calificó de «radicales». Logró conquistar a sus bases.

Rishi Sunak se dirige a los delegados de su partido reunidos en Manchester. (Oli SCARFF | AFP)

El primer ministro británico, Rishi Sunak, consiguió ayer conquistar a los tories reunidos en el congreso del Partido Conservador, celebrado en Manchester, a pesar de que los desafíos son considerables para dar la vuelta a las encuestas de intención de voto de cara a las elecciones legislativas de 2024, en las que el Partido Laborista le aventaja en más de 15 puntos. En su discurso de clausura, Sunak, que desde hace un año ocupa Downing Street y acudía con la obligación de unir a las diferentes facciones del partido, convenció a los presentes de que representa el cambio, aunque son ya trece años de sucesivos Gobiernos conservadores.

Al más puro estilo estadounidense, fue su esposa, Akshata Murty, la encargada de presentarle compartiendo anéc- dotas de sus 14 años de matrimonio y describiendo a su marido como un nuevo tipo de líder, capaz de tomar decisiones difíciles e impopulares.

Con las encuestas de cara, durante su discurso de más de una hora combinó promesas de cambio con una apuesta por medidas que presentó como «radicales» para tratar de recuperar votantes, entre ellas cancelar parte de la línea de alta velocidad Londres-Manchester, que solo llegará a Birmingham, para dedicar esos fondos al transporte local. Era el mayor proyecto de infraestructuras que tenía en marcha Gran Bretaña y una pieza esencial hasta ahora en los planes de cohesión territorial, pero ante los sobrecostes y los retrasos en la obra Sunak ha preferido dedicar los 41.600 millones de euros que iba a destinar a ese ramal a mejorar el transporte local en el centro y el norte de Inglaterra.

«Me he dado cuenta de que existe una innegable sensación de que la política no funciona como debería, de que el de Westminster es un sistema estropeado», señaló Sunak, quien aseguró comprender a aquellos que piensan que «los políticos dicen cosas, pero nunca cambia nada».

Así, Sunak anunció medidas contra el tabaquismo juvenil y una reforma educativa que endurecerá la enseñanza preuniversitaria, más firmeza contra la inmigración y ataques al laborismo, al que pareció haber convencido.

En cuanto a la inmigración, el primer ministro prometió mano dura y subrayó la necesidad de frenar la llegada de pequeñas embarcaciones a las costas de Gran Bretaña, pero dejó la retórica más incendiaria a su ministra de Interior, Suella Braverman, que el martes alertó sobre el «huracán» de la inmigración irregular y llamó a los tories a no tener miedo de ser tachados de «racistas».

Aprovechó para defender las oportunidades y beneficios que aún debe traer el Brexit, y no se olvidó de Ucrania al pedir la comunidad internacional «seguir equipando y armando» a Kiev para «acabar el trabajo» y poner fin así a la invasión rusa, destacando que su país «ha liderado el mundo» a la hora de ayudar a las autoridades ucranianas.