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Un nuevo ataque aéreo turco en Rojava mata a una treintena de miembros de las fuerzas de seguridad kurdas

Dolor en el funeral por los muertos del viernes. (D. SOULEIMAN | AFP)

La aviación turca volvió a atacar durante la madrugada de ayer posiciones kurdas en Rojava (Kurdistán Occidental), matando al menos a 29 miembros de las fuerzas de seguridad kurdas. Es uno más de los ataques aéreos turcos que se han registrado tras el atentado reivindicado por el PKK contra la sede del Ministerio turco de Interior en Ankara.

Al menos 29 efectivos antidroga de las fuerzas kurdas en Siria murieron y otros 28 resultaron heridos, algunos de ellos de gravedad, en el último ataque aéreo turco, cuyo objetivo fue uno de sus centros de formación en Rojava .

El cuerpo policial, conocido como Assayech, denunció que Turquía atacó varios puntos en las zonas de Derik y Rmelan, incluida su Academia Antidroga, en la provincia de Hasaka, cerca de la frontera con Kurdistán Norte, bajo control turco, y anunció que «los ataques de ayer y hoy resultaron en la muerte de 29 miembros de sus fuerzas contra el narcotráfico».

También ayer, las kurdo-árabes Fuerzas de Siria Democrática (FSD) afirmaron que dos niños de 8 y 9 años fallecieron por disparos de artillería turca contra el centro de la populosa localidad de Ain Issa.

Turquía inició el jueves una campaña de ataques contra las áreas del norte y noreste de Siria, en lo que argumenta como represalia por un atentado suicida del 1 de octubre.

La campaña, de gran intensidad durante sus primeras 48 horas, tiene entre sus objetivos declarados a las Unidades de Protección del Pueblo (YPG), que Ankara considera una rama del PKK pese a ser un importante aliado de EEUU en Siria. Aunque Ankara dice que los objetivos son «cuarteles generales y refugios» de las fuerzas armadas kurdas, las autoridades de Rojava denuncian que Turquía ha bombardeado más de 145 instalaciones vitales, entre las que se encuentran hospitales, escuelas y centrales eléctricas.

El comandante de las FSD Mazlum Abdi denunció que estos ataques tienen como objetivo «paralizar la vida civil», en el área autogobernada por los kurdos y recordó que la destrucción de la infraestructura es un crimen de guerra.

La semana pasada, la ofensiva del Ejército turco llegó a poner en peligro posiciones en la zona las fuerzas de EEUU, que derribaron uno de los drones sin llevar su intervención más allá.