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ALIMAÑAS

Maldita comunidad


Desde que el genial Francisco Ibáñez nos legó para la posteridad aquel edificio en clave de viñetas llamado “13, Rue del Percebe”, plagado de situaciones tan surreales como reconocibles, las comunidades vecinales han tenido un variado registro tanto en la pequeña como en la gran pantalla. El referente más claro sigue siendo “La comunidad” de Álex de la Iglesia y, en un ámbito muy diferente, se suele citar la serie “Aquí no hay quien viva”. A esta propuesta pertenece el actor Jordi Sánchez que, junto a su compañero y amigo Pep Antón Gómez, decidieron crear una obra de teatro centrada en otro edificio. La pieza “Alimañas” logró un gran éxito de público, lo que ha provocado que tenga su correspondiente adaptación cinematográfica, filmada por los creadores del original escénico, y para llevarla a cabo solicitaron la complicidad de un grupo de amigos intérpretes, entre ellos Silvia Abril, Carlos Areces y Loles León.

CUESTIONES SOCIALES

“Alimañas” se alimenta de cuestiones sociales como el problema de la vivienda o los conflictos que genera el reparto de una herencia entre dos hermanos que asumieron de manera muy diferente el cuidado de su madre enferma. Temas agridulces que en el filme son tratados de manera mordaz y satírica, y que cuentan con el añadido de un reparto que se desenvuelve muy bien en el género de la comedia. “Alimañas”, en su faceta ambiental, está fuertemente influenciada por aquella otra comunidad temible que retrato De la Iglesia escenificada en una escalera de vecinos tan oscura como agrietada. El viejo edificio del centro de Madrid filmado por Sánchez y Antón, funciona como un personaje más dentro de un conjunto bastante irregular, en el que se echan en falta más escenas vitriólicas y donde sobran arquetipos y situaciones vistos con anterioridad.