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LA BALA DE DIOS

Sectas y desvaríos


Nick Cassavetes siempre será señalado como el hijo de dos grandes referentes del cine independiente, Gena Rowlands y John Cassavetes, y en este su empeño por encontrar una nueva vía en su discurso, ha querido pulsar el género thriller con una historia centrada en una venganza contra una secta satánica.

Dicho esfuerzo por cambiar de aires, ha dado como resultado un desafortunado desvío que sitúa al cineasta a distancia sideral del éxito comercial que logró en el pasado con películas como “El diario de Noah”.

La trama sigue las desventuras de un ayudante de sheriff, un hombre modesto y profundamente cristiano, que se embarca en una cruzada personal para rescatar a su hija adolescente, secuestrada por la secta satánica conocida como Sendero de la Mano Izquierda. Interpretado por Nikolaj Coster-Waldau, el personaje central se ve atrapado en conversaciones redundantes que dilatan una narración que fluye con pereza.

La película no logra explicar de manera convincente la transformación del tímido y religioso ayudante del sheriff en un individuo violento y de gatillo fácil. Este aspecto es especialmente problemático considerando que la película se basa en sucesos reales que inspiraron una novela. Esta falta de credibilidad arroja una sombra sobre la película. “La bala de Dios’’ sigue la fórmula típica de incorporar grandes éxitos musicales de los años 70 en su banda sonora, como el “Rock’n’roll suicide” de Bowie. Sin embargo, estos elementos musicales, lejos de lograr el efecto deseado, tan solo figuran como elementos decorativos o artificiales dentro de una sucesión de clichés narrativos y visuales. Lo que promete ser un thriller implacable se desvanece en un mar de convenciones y oportunidades perdidas.