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La Nafarroa de hace cien años a través de las publicaciones y los avisos del Boletín Oficial

El Boletín Oficial de Nafarroa ha incorporado una sección histórica desde la que se puede acceder a publicaciones y avisos de hace cien años. La restauración del palacio de Erriberri, prohibiciones en los carnavales, mejoras en el funcionamiento del hospital o que se buscaba un médico con caballo para Artzibar son algunas de ellas.

Palacio de los reyes de Nafarroa en Erriberri antes de su restauración. (ARCHIVO GENERAL DE NAFARROA)

Acercarse a la Nafarroa de hace cien años es lo que permite una nueva sección del Boletín Oficial de Nafarroa que conduce a publicaciones y avisos curiosos difundidos en esa publicación en 1923. Además, están ilustrados con fotografías del Archivo General de Nafarroa vinculadas al tema.

Una de ellas tiene que ver con datos recopilados por la Sección de Estadística de Nafarroa sobre nacimientos, matrimonios, abortos y defunciones. Se recoge que en febrero de 1923 el herrialde contaba con 334.104 habitantes, de los que únicamente 33.190 correspondían a Iruñea.

De los 848 nacimientos registrados, frente a las 474 defunciones, se especifica que 838 son legítimos, dos ilegítimos y había ocho «expósitos», es decir, niños abandonados. También se ofrecía una estadística de abortos, con 8 niños nacidos muertos, 5 al nacer y 10 fallecidos antes de las 24 horas. La mortalidad era especialmente elevada entre los más pequeños en esa época, con 72 menores de un año fallecidos, 140 de cinco años y 334 de cinco y más años.

Entre las causas de muerte en el conjunto de la población, destacaban la «hemorragia, apoplejía y reblandecimiento cerebrales», bronquitis aguda, enfermedades «orgánicas del corazón» y la tuberculosis de los pulmones.

En el BON se trataban cuestiones de lo más variadas, como la prohibición de utilizar determinados disfraces en carnavales. En febrero y ante la llegada de esas celebraciones, el gobernador del momento, Ramón Casas, recordaba a los alcaldes que estaba prohibido «usar disfraces de uniformes de todas las clases del Estado, incluso el de la Cruz Roja, comprendido el de enfermeras».

Siguiendo con actividades propias de fiestas, en agosto se publicaban una serie de medidas relacionadas con los espectáculos con vaquillas y toros en los pueblos. En concreto, se recordaba a los alcaldes que «queda en absoluto prohibido que sean corridos toros, novillos ni vaquillas ensogados o en libertad por las calles y plazas de las poblaciones».

A continuación, el gobernador señalaba que ya «no es posible, por lo tanto, alegar ignorancia si en alguno de los pueblos se faltase a lo mandado» y esperaba que los alcaldes cumplieran con lo establecido, aunque parece que la medida no tuvo mucho éxito.

Para lo que sí existía permiso era para «las corridas de novillos», de las que se debía indicar el número de reses que iban a ser lidiadas, las cuadrillas que intervendrían, acreditar la seguridad de la plaza y que la enfermería contaba con el material necesario para atender cogidas.

Otro de los temas publicados en el BON hace cien años tiene que ver con la introducción de una serie de mejoras de funcionamiento para el Hospital de Nafarroa. Esos cambios eran consecuencia de la visita de un médico del hospital a otros centros sanitarios del Estado para conocer las reformas que habían ido introduciendo.

En virtud de la misma, se proponían mejoras en cuestiones como el régimen alimentario, el saneamiento, el laboratorio de análisis, la reducción del número de estancias o las salas de infecciones.

MÉDICO CON CABALLO PARA ARTZIBAR

Siguiendo con cuestiones sanitarias, en mayo de 1923 se publicaba un anuncio sobre una vacante de médico cirujano en Artzibar tras la renuncia de quien realizaba esas labores. El sueldo anual era de 6.000 pesetas, estaba «exento del pago de contribución y tendrá casa gratis». Eso sí «necesitará caballo para el mejor servicio».

En octubre de 1923, lo que se anunciaba en el boletín era el concurso para restaurar el palacio de Erriberri. Se planteaba «la confección de un proyecto completo de restauración que sirva de base a los trabajos de conservación y restauración que en el mismo hayan de realizarse».

Para ello, se consignaba «un premio de 20.000 pesetas» y se fijaba un año de plazo para la presentación de los trabajos por parte de los arquitectos interesados. La comisión de Monumentos Históricos y Artísticos tenía que proponer a la Diputación de Nafarroa las condiciones en que se realizaría el concurso.

Y como evidencia de los tiempos que corrían, se fijaban medidas a adoptar sobre las publicaciones «en contra de la moral y la decencia». Se señalaba que eran «innumerables» las que encajaban con esa denominación y que se publicaban «con escándalo notorio» y, por ese motivo, el gobernador excitaba «el celo de los señores alcaldes, Guardia Civil y agentes de mi autoridad para que, con todo rigor y sin contemplación alguna, se proceda a formular las oportunas denuncias a los juzgados municipal o de instrucción».

Y les instaba a incautarse «de cuantos ejemplares se encuentren de las producciones de carácter pornográfico e inmoral».

Dentro del apartado de anuncios, el BON publicaba en enero un comunicado del alcalde de Leitza en el que se daba a conocer que habían sido recogidas una yegua y su cría. Se ofrecía una detallada descripción de los animales «con el fin de que pueda llegar a conocimiento de su dueño y se presente a recogerla».

Si en quince días nadie los reclamaba, la Alcaldía procedería «a la venta en pública subasta de dicha ganadería».

Estos son algunos de los anuncios e informaciones que se han podido leer en esta publicación, que nació en 1837 como Boletín de Nafarroa y Provincias Vascongadas, para convertirse entre 1838 y 1846 en el Boletín Oficial de Iruñea. Entre 1847 y 1957 pasó a denominarse Boletín Oficial de la Provincia de Nafarroa y en 1958 adoptó su actual denominación, Boletín Oficial de Nafarroa.

Entre los hitos del BON, destaca la edición del primer boletín en euskara en 1989 (desde entonces es bilingüe), su difusión por internet a partir de 1996 y la desaparición de la versión en papel en 2009.

La digitalización de contenidos permitió aumentar la periodicidad de la publicación a partir de 2011. Si anteriormente se publicaba tres días a la semana, desde ese año pasó a publicarse de lunes a viernes, cinco días a la semana, salvo los festivos declarados inhábiles.