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EDITORIALA

Las diferencias limitan el inicio alentador de la COP


La 28 conferencia anual de Naciones Unidas sobre el cambio climático (COP) acaba de comenzar en Dubai entre críticas al país organizador por ser un gran exportador de petróleo, obviando que lo es porque otros países demandan y consumen sus hidrocarburos. Desde que en el año 1995 se celebró la primera conferencia en Berlín que se cerró con el compromiso de estabilizar la concentración de CO2 en la atmósfera, la concentración de este gas ha subido de 361 partes por millón a 419. Y si para entonces la temperatura había subido 0,7 grados desde la era preindustrial, en este momento la subida es ya de 1,2 grados. La conferencia acumula muchas reuniones pero pocos resultados prácticos en su haber.

La inteligente diplomacia de los anfitriones ha logrado que la cumbre haya comenzado con un acuerdo para la creación del fondo «pérdidas y daños» destinado a compensar a los países más vulnerables al cambio climático. De momento las aportaciones a ese fondo serán voluntarias, algo que han criticado con dureza los países del Sur que exigen más ambición. El presidente de Brasil, Lula da Silva, recordó que para que la transición sea justa no se puede olvidar que las responsabilidades son comunes pero diferenciadas. Un aspecto que no reflejó la intervención del presidente francés, Emmanuel Macron, que habló de introducir reglas climáticas en la Organización Mundial del Comercio. Una propuesta que no tiene otro objetivo que asegurar la posición de privilegio de los países del Norte en el comercio internacional. Más surrealista fue la intervención del secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, que afirmó el compromiso de la organización en la lucha contra el cambio climático, al tiempo que aseguraba que si la OTAN tiene que elegir entre algo ecológico o eficaz en el combate, elegirá esto último. Lula recordó que las aportaciones climáticas de los países del Norte están muy lejos de los 2 billones de dólares que se destinan a gasto militar.

Es alentador que la COP haya comenzado con un acuerdo que dé confianza en el proceso, aunque las intervenciones de los principales líderes mundiales delatan la existencia de intereses contrapuestos y profundas diferencias.