GARA Euskal Herriko egunkaria
JOPUNTUA

Borradoras (del placer) de mujeres


Mi amada Ira Hybris me va poniendo al día de las cruzadas feministas en esas redes que yo no piso, rabiosa actualidad. Aunque el delirio puritano va tan embalado que ni ella es capaz de seguirle el ritmo sexófobo. La semana pasada me contó que andaban alborotadas contra el sexo anal. Habían llegado a la peregrina conclusión de que las mujeres, ellas dirán mujeres y yo para este menester digo cuerpas sin próstata que se identifican como mujeres, no estamos anatómicamente preparadas para sentir placer por el culo. ¡Incontables amantes mías sin dicha próstata y yo misma refutamos empírica y orgásmicamente semejante afirmación! Según ellas, el único motivo que le puede llevar a una hembra humana a ser penetrada por la puerta de atrás es doblegarse a los deseos del hombre humano que la domina. Muchas cosas dan por hechas, entre otras que las hembras humanas entregadas al goce carnal entre nosotras no tenemos culo: se nos borra, se nos cierra, no está en el menú. ¡Ja! También olvidan que los hombrerizados, o cuerpas con próstata que se identifican como hombres ¡tienen dedos, boca, lengua!, además de pene.

Ira Hybris, criatura transmarxista a puntico de publicar su portentoso “Mutantes y divinas”, acaba de contarme que ahora dicen que follar con alguien sin sentimientos hacia ese alguien es consumir cuerpos. De todas las dicotomías cristiano-occidentales que asfixian nuestros relatos para ensombrecer nuestras vidas, la que contrapone el amor al sexo me encabrita sobremanera. Qué coño es ese ideal de sexo con amor: la pareja o proyecto de pareja, ¿no? Venga chicas, directas al matrimonio de nuevo, lésbico inclusive, a la monogamia obligatoria, a un sexo tan limitadito que parece calcado al reproductivo. Al miedo a la conexión, a la aventura, a la maravillosa otredad, al akelarre. Regreso al trauma y al miedo como lugares categóricamente femeninos. Menos mal que hemos empezado a perpetrar orgías en Iruñea, en el feminismo orgiástico creo.