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INFIERNO EN GAZA

EEUU veta un alto el fuego mientras Israel sigue masacrando palestinos

Columnas de humo tras un bombardeo israelí en el norte de Gaza. (Jack GUEZ | AFP)

No hubo sorpresa. EEUU vetó de nuevo ayer una resolución presentada ante el Consejo de Seguridad de la ONU para pedir un alto el fuego humanitario en la Franja de Gaza después de que su secretario general, António Guterres, invocase el artículo 99 de la Carta Magna del organismo. Trece países votaron a favor del texto presentado por Emiratos Árabes Unidos y apoyado por 97 más, y solo uno votó en contra, EEUU, que tiene derecho de veto por ser miembro permanente del Consejo. Gran Bretaña se abstuvo.

El embajador adjunto de EEUU ante la ONU, Robert Wood, repitiendo siempre los argumentos de Israel, había lamentado antes el «fracaso del Consejo a la hora de condenar los ataques» de Hamas y destacado «la desconexión fundamental en las conversaciones en esta cámara y la realidad».

«Aunque EEUU apoya una paz duradera, no respaldaremos una llamada al alto el fuego inmediato porque Hamas no está buscando ni una paz duradera ni una solución de dos Estados», dijo.

Guterres defendió ante el Consejo de Seguridad que se había visto obligado a invocar el artículo 99 de la Carta Magna de la ONU e impulsar un alto el fuego para Gaza a título personal, en una medida extremadamente inusual, tras constatar que las agencias de Naciones Unidas ya no pueden cumplir con su mandato humanitario en el enclave por la enorme violencia reinante.

Tras recordar que el Consejo de Seguridad pidió en la Resolución 2712 «aumentar el suministro de dichos suminis- tros para satisfacer las necesidades humanitarias de la población civil, especialmente los niños», lamentó «profundamente informar al Consejo que, en las condiciones actuales sobre el terreno, el cumplimiento de este mandato se ha vuelto imposible».

«Ya no existen las condiciones para la entrega efectiva de ayuda humanitaria», señaló Guterres al comienzo de la sesión de deliberaciones del Consejo de Seguridad.

Esgrimió que su petición al Consejo de Seguridad ha tenido lugar dado que la situación se encuentra «al borde de un punto de ruptura».

«Existe un alto riesgo de colapso total del sistema de apoyo humanitario en Gaza, lo que resultaría en una ruptura total del orden público y una mayor presión para el desplazamiento masivo hacia Egipto, con devastadoras consecuencias para la región», zanjó.

El representante de Palestina, Riyad Mansour, agradeció la iniciativa de Guterres, igual que la Autoridad Palestina (ANP), que pidió al Consejo que la aprobara, mientras que el israelí insistió en que un alto el fuego solo beneficiaría a Hamas y justificaría los ataques del 7 de octubre, que dejaron 1.200 muertos.

«CÓMPLICES»

Médicos sin Fronteras criticó al Consejo por su inacción y afirmó que sus Estados miembros son «cómplices de la matanza en curso» perpetrada por Israel contra el pueblo palestino.

La brutal venganza sionista, según el último balance de las autoridades gazatíes, ha matado a 17.487 palestinos -el 70% son mujeres y niños-, 7.800 de ellos, menores. Solo en las últimas 24 horas se habían contabilizado 313 muertos más y el dato previsiblemente seguirá subiendo, puesto que bombardeos y ataques israelíes no cesaron, centrados ahora en la ciudad de Jan Yunis, considerada por Israel el «pricipal bastión» de Hamas.

Según Israel, se trata de una operación «rápida, potente y focalizada. Túnel a túnel, casa en casa». En todo este territorio palestino, Israel aseguró haber atacado ayer unos 450 objetivos por tierra, mar y aire.

El Ministerio de Salud de Gaza informó de que el Ejército israelí rodea los hospitales Kamal Adwan y Al-Awda, en un norte tomado casi por completo, mientras francotiradores disparan a patios, habitaciones y «matan a todo lo que se mueve».

Tampoco cesa el goteo de muertes en Cisjordania a manos israelíes. Al menos seis palestinos, entre ellos un menor, murieron ayer por disparos de soldados israelíes. Según la Autoridad Palestina, en una incursión en el campo de refugiados de Al-Faraa murieron seis jóvenes con edades entre 14 y 36 años.

SEMIDESNUDOS Y HUMILLADOS

Israel aseguró ayer que busca supuestos miembros de Hamas entre los detenidos en Gaza, después de que imágenes de decenas de ellos semidesnudos, algunos con los ojos vendados y esposados generaran una fuerte polémica. La ONU calificó de «preocupantes» las imágenes difundidas, al entender que «todo el mundo tiene derecho a la dignidad humana».

Las imágenes forman parte de un vídeo que muestra a un centenar de adultos palestinos en ropa interior y con el torso desnudo en su mayoría, sentados en el suelo en una calle que sería de Gaza porque parece haber sido bombardeada. Parte sube un camión; de hecho, otra fotografía posterior muestra camiones militares israelíes transportando en sus remolques a decenas de hombres amontonados y sin ropa. Una tercera fotografía muestra al que parece ser el mismo grupo, arrodillado en el suelo y con los ojos tapados, con soldados israelíes en uniforme de campaña a su alrededor, en un terreno arenoso que parece haber sido removido. Eylon Levy, portavoz del Gobierno israelí, dijo que están siendo interrogados para ver si son «terroristas» de Hamas.

Periodistas locales y familiares aseguraron que corresponden a civiles capturados en localidades de Gaza como Beit Lahia. Entre los detenidos, identificaron al reportero Diaa al-Kahlout, corresponsal en Gaza de “The New Arab”, con sede en Londres, que informó de que, según testigos presenciales, «decenas de habitantes de Gaza fueron arrestados por el Ejército israelí y fueron obligados a desnudarse. Luego, «fueron registrados y humillados antes de ser llevados a un lugar desconocido», añadió.

Ramy Abdu, director del Observatorio Euro-Mediterráneo de Derechos Humanos, afirmó haber reconocido al periodista, así como al director de una escuela y a un empleado de la ONU, aún en servicio.



Patrimonio e identidad arrasados por las bombas

La destrucción de la mezquita Al-Omari de Gaza, la más grande y antigua de la Franja; la Universidad de al-Azhar; el archivo central del Ayuntamiento de Gaza; una veintena de edificios históricos; nueve empresas editoras y bibliotecas, y 21 centros culturales del enclave por las bombas israelíes pone de manifiesto el afán del régimen sionista de arrasar con el patrimonio, los símbolos y la identidad del pueblo palestino.

La Gran Mezquita Al-Omari, uno de los monumentos islámicos e históricos más destacados de la Franja y situado en el casco antiguo de la ciudad de Gaza, quedó reducida a escombros, denunció el Consistorio.

El jueves, Israel destruyó también la antigua mezquita de Otman Bin Qashqar, otro de los templos más antiguos de la Franja, situado también en la Ciudad Vieja de Gaza.

Los daños a centros que preservan la memoria histórica de Gaza también se hacen patentes en otros ataques como el que destrozó el archivo central del Ayuntamiento de Gaza, señaló la Universidad de Birzeit, centro académico palestino de Cisjordania.

El Ejército sionista justificó su ataque al campus de la Universidad al-Azhar diciendo que era utilizada por Hamas para su actividad militar, argumento recurrente del ocupante israelí para explicar sus ataques indiscriminados sin mostrar ninguna prueba. En este caso, un portavoz militar dijo haber encontrado «numerosas armas» y un túnel que iba desde el campus a una escuela.

Entre los innumerables muertos, la del conocido poeta y activista Refaat Alareer en un bombardeo causó una fuerte conmoción por la pérdida de una de sus voces más activas.

Uno de los fundadores de We Are Not Numbers (No Somos Números), un proyecto de apoyo a jóvenes de Gaza para convertirse en escritores en inglés, apoyado por la organización pro derechos humanos Observatorio Euro-Mediterráneo, cuyo director, Ramy Abdu, denunció que fue matado de forma deliberada. Refaat recibió «una llamada telefónica de la Inteligencia israelí sobre su localización en la escuela en que se refugió. Le dijeron que le iban a matar. Dejó la escuela porque no quería poner en peligro a otros», aseguró. Pero fue bombardeado el apartamento de su hermana al que había ido y murieron ambos y los cuatro hijos de ella, afirmó Abdu. Alareer tenía 44 años y era padre de seis hijos. GARA