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Las creaciones de presas de Martutene recalan en la casa de cultura de Loiola

La casa de cultura de Loiola alberga el resultado de un proyecto artístico desarrollado por Maddi Goikoetxea y Sara Galán junto a las internas de la prisión de Martutene, ubicada a escasa distancia. “Mujeres creativas tras los barrotes” aglutina disciplinas como el collage, la pintura o la cerámica.

Imagen de la muestra que acoge la casa de cultura de Loiola hasta el 23 de enero. (Jon URBE | FOKU)

«La situación de los presos en las cárceles, en general, es precaria. Pero en el caso de las mujerres presas la situación se agrava, ya que también en prisión la desigualdad de género es evidente. Muchas mujeres presas han sido víctima de violencia psicológica, física o sexual», remarcó Maddi Goikoetxea. Entre los objetivos que persigue el proyecto caben destacar romper la brecha de género que se da en el contexto penitenciario, potenciar la comunidad de mujeres y la cohesión grupal, así como crear un espacio seguro hablar y trabajar traumas relacionados con la violencia. Han primado el proceso sobre el resultado final artístico.

Goikoetxea y Galán son conscientes de que la exposición está lejos de expresar todo lo que se ha llevado a cabo en el proceso. «Es una representación simbólica de la experiencia, una forma de socializar el proyecto».

Un acercamiento al universo emocional de las internas. «En la situación que viven, donde todo está cautivo y limitado, la expresión es lo único que no puede limitarse», subrayó Iker Tolosa, responsable de la casa de cultura. No es la primera vez que el centro cultural de Loiola acoge los trabajos de las presas de este centro penitenciario. Pero en esta ocasión confluyen varias factores. Por un lado, los trabajos son el fruto de un proceso de arteterapia en el que las reclusas han plasmado sus inquietudes, su mirada del día a día, sus miedos, esperanzas y preocupaciones. «El resultado es conmovedor, duro y lleva a la reflexión», remarcan. Además, el previsible cierre de la cárcel tras 75 años, fijado para 2024, hace que tenga un peso simbólico de fin de ciclo.

«PROVECHOSO»

La presentación contó con la presencia de una de las mujeres participantes en el proyecto. «Ha sido muy provechoso para mí, estoy contenta. Las sesiones eran un momento muy bonito de desconexión del lugar en el que nos encontrábamos». Afloraban muchos sentimientos que teníamos guardados dentro. El arte te sirve para expresar lo que estás viviendo», contó.

«Las terapeutas ayudaban mucho con su cariño y su paciencia, nos sentimos muy cómodas, y sentimos que estábamos en un clima de confianza. No teníamos los miedos que sentimos al hablar ante un funcionario», agregó.

Ha sido su primer contacto con el mundo del arte. «Ahora me dedico a escribir», señaló con una sonrisa.