El Ararteko reclama «puentes» tras la queja de Covite por las webs

Covite llevó al Ararteko la cuestión de las webs de memoria, al hilo del mediático caso de Galdakao. La investigación del Defensor ve buena voluntad de las diferentes partes y lo da por resuelto, pero lamenta la paralización de mesas de convivencia y reclama «puentes».

En primavera del pasado año alcanzó gran eco mediático una denuncia contra la web de memoria compartida elaborada por el Ayuntamiento de Galdakao (y otros similares), en la que el PSE y otros agentes veían una mezcla de víctimas de diferentes violencias, a su juicio inaceptable. El asunto fue muy manipulado políticamente y derivó en la inhabilitación de esa web, que había sido elaborada por Aranzadi.

Con todo, Covite no se quedó conforme con ello y elevó además una queja al Ararteko. La respuesta, a la que ha tenido acceso GARA, le da la razón en parte sobre el litigio concreto, pero añade conclusiones más constructivas y que probablemente no hayan sido del agrado del demandante.

Así, tras haber recabado la opinión de las diferentes partes (Covite, Aranzadi, Ayuntamiento de Galdakao...), el Ararteko indica que ha «percibido honestidad y buena voluntad para escuchar y entender las diferentes consecuencias que la polémica objeto de esta queja ha producido en las personas afectadas y en la ciudadanía vasca. Por ello, el Ararteko quiere animar a las partes actoras a que exploren las posibilidades de un diálogo respetuoso y reparador, y en el ejercicio de su función de promoción de los derechos humanos, ofrece su respaldo institucional a este diálogo como aportación a la convivencia y compromiso con la paz y la no violencia en Euskadi para el futuro».

En la misma línea, y elevándose un poco por encima de la polémica de las webs, el Defensor «lamenta la paralización de las iniciativas municipales denominadas ‘mesas de convivencia’ de diferentes pueblos». Al hilo de ello, «invita a los poderes públicos a facilitar aquellas iniciativas comunitarias en las que la ciudadanía y los representantes políticos locales generen puentes y espacios de diálogo para avanzar en la convivencia entre personas que han sufrido de forma diversa la violencia de motivación política».

Alienta, por tanto, «la continuidad en la búsqueda de un relato compartido entre personas con distintas sensibilidades y formas de sufrimiento», puesto que ello «permite avanzar hacia el objetivo de una convivencia en paz a través del diálogo entre diferentes y sentar las bases del derecho a la no repetición».