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UPN sigue en pie de guerra por Iruñea y Chivite le llama «cansino»

Aunque ya han pasado dos semanas desde que se produjo el cambio en el Ayuntamiento de Iruñea, UPN sigue en pie de guerra con la moción de censura, que, según Javier Esparza, «ha cubierto de porquería» a María Chivite, quien le dice que «resulta cansino todo este enfado».

Esparza volvió a quejarse amargamente en el Parlamento de la moción de Iruñea. (Aitor KARASATORRE | FOKU)

UPN sigue en pie de guerra con la cuestión del cambio en el Ayuntamiento de Iruñea y mantiene su queja sobre la moción de censura, hasta el punto de que la lehendakari navarra, María Chivite, espetó ayer al líder de UPN, Javier Esparza, que «resulta cansino todo este enfado».

Aunque no alcanzó el bronco tono de su intervención del pasado 14 de diciembre, en la que llegó a llamar «escoria» al PSN, Esparza sigue con su queja interminable sobre la moción de censura y volvió a aprovechar una pregunta en el pleno del Parlamento para sacarla a colación.

Directamente, cuestionó a Chivite sobre este tema para lanzarse a una cascada de descalificaciones hacia la lehendakari, asegurando que «darle la Alcaldía a EH Bildu salpica y mancha», al comparar a la formación abertzale con «un gran lodazal», del que «es imposible que salga limpia». Subiendo el tono, concluyó que «se ha cubierto de porquería para siempre».

A continuación, insistió en acusar a Chivite de «mentir», afirmando que «no tiene palabra, no tiene credibilidad y es capaz de mentir a la cara a sus votantes», e incluso añadiendo que «miente por sistema cada vez que coge el micrófono. No le cree nadie», en referencia a una serie de compromisos que UPN considera que ha incumplido, como el de respetar el régimen foral o licitar el Canal de Nafarroa.

También acusó a la lehendakari de «romper la convivencia y de hipotecar el progreso de Navarra» al alcanzar acuerdos con una formación que «avala los actos de apoyo a los terroristas» y porque «no hay progreso de la mano de EH Bildu, porque han sido y siguen siendo la ‘coordinadora del no’».

Y terminó su rosario de improperios asegurando que Chivite «va a pasar a la historia negra del socialismo español y de Navarra por lo que está haciendo y le queda por hacer».

DEL DUELO A LA ACEPTACIÓN

Tras el chaparrón de increpaciones, la lehendakari navarra le respondió que «solo se ha dedicado a insultarme en su intervención». En relación a la moción de censura, señaló que «nadie espera que comparta el cambio de Gobierno en Pamplona, pero resulta monótono y cansino todo este enfado que tienen con el tema de Pamplona». Le pidió que, de una vez, «asuma las decisiones legítimas y democráticas», y que UPN pase del «duelo por la pérdida» de la Alcaldía iruindarra «a la fase de aceptación».

Chivite acusó a Esparza de «instrumentalizar a las víctimas de ETA en cada pleno» y le recordó el compromiso sobre la memoria alcanzado por el PSN con EH Bildu en el acuerdo para la moción de censura. En este sentido, le cuestionó si «¿le parece mal esto?».

Concluyó señalando que «se han instalado en la política de mirar atrás y no mirar al futuro» con la premisa de que «Navarra solo va bien si gobierna UPN». Frente a esa visión, destacó que «tras más de doce años de su derrota, es la primera vez que ETA no condiciona los acuerdos políticos en esta tierra» y consideró que «se abre un nuevo tiempo que mira al futuro con esperanza».

Previamente, Chivite había respondido a una pregunta del PP sobre «los acuerdos entre PSOE y EH Bildu, para la investidura de Pedro Sánchez, que afectan a Navarra», señalando que la moción de Iruñea «nada tiene que ver con una investidura para el Gobierno de España», y atribuyó el «ruido» que partidos como el de Alberto Núñez Feijóo hacen a su intento de «tapar» que «no tienen proyecto».