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ALAVÉS

Primera victoria a domicilio del curso en un partido de vaivenes

El Glorioso comenzó muy exigido, después controló y se puso con doble ventaja, perdonó en la segunda parte, donde pudo finiquitar el envite, se vio empatado por el Sevilla y resolvió en el descuento.

Rioja tuvo una ocasión muy clara en la segunda parte para haber finiquitado con antelación el encuentro. (EUROPA PRESS)

El Alavés firmó en el Pizjuán su primera victoria a domicilio de la presente campaña. Llevaba el conjunto albiazul 25 partidos en Primera sin conseguirlo y lo logró en un encuentro que empezó muy exigido, posteriormente controló con solvencia, no terminó de cerrar, se complicó la vida a partir del 70 y se hizo con los tres puntos gracias a un tanto en el tiempo añadido.

Difícilmente podía presagiarse un resultado tan positivo a tenor de cómo fueron los primeros compases del encuentro. El conjunto babazorro realizó un auténtico ejercicio de supervivencia ante el acoso y derribo que pusieron en práctica los anfitriones durante los minutos iniciales.

Un chaparrón que los de Luis García Plaza, desbordados por tierra, mar y aire, aguantaron como pudieron. Un trallazo de Jesús Navas al larguero superado ya Sivera y sendos cabezazos de Kike Salas y Ocampos -en esos momentos, los albiazules fueron superados claramente en el juego aéreo- bien pudieron tranformarse en una ventaja para los locales en el marcador.

No fue así y el Alavés fue creciendo desde el agobio, hasta zafarse de él y, lo más importante, hacer daño en la primera que tuvo. A balón para- do. Un corner botado por Rioja, resultó peinado por Guridi y un atento Tenaglia metió la puntera de su bota para introducir la pelota en las redes en el minuto 26.

Celebración en el césped y también en la grada, esta última con posterior expulsión del campo de varios aficionados arabarras por parte de miembros de la Policía española -dos números de este cuerpo policial realizaron el saque de honor antes del inicio del partido-, aduciendo enfrentamientos verbales con seguidores sevillistas. Lo regla- mentario es que hinchadas de diferente signo se encuentren en ubicaciones separadas para evitar incidentes, algo que, por las imágenes televisivas, no parece que se dio en el Sánchez Pizjuán. Al final, lo pagaron los de siempre.

Sobre el verde, El Glorioso siguió a lo suyo. Creció notablemente con el 0-1 y volvió a golpear en la siguiente oportunidad clara de que dispuso. Un balón aéreo lo cazó el recién llegado Vicente, quien fue muy generoso cediendo de cabeza a Kike García para empalmar golpeando el balón en Kike Salas y superando a Dmitrovic para subir la segunda diana babazorra en el 40.

EN EL DESCUENTO

Con música de viento y gritos de «directiva, dimisión» despidió la grada a los suyos, un enrarecido ambiente que permitió al Alavés durante la segunda parte disponer de las mejores ocasiones para finiquitar el choque. Rioja -la más clara-, Gorosabel y Kike García tuvieron tres lances claros para cerrar el choque, pero no terminaron de estar certeros y eso dejó el resultado en el aire.

Un defectuoso intento de despeje de Rafa Marín y un penalti pitado por el VAR -no estuvo tan meticuloso en un capón que le dio al central albiazul Rafa Mir sin balón minutos antes- hizo temer lo peor. La pena máxima la transformó Ocampos mirando hacia atrás -no está el Sevilla para esos alardes- y los anfitriones incluso creyeron en la remontada.

Pero el Alavés no había dicho su última palabra y, en cuanto volvió a conectar entre líneas, sembró el pánico en las filas hispalenses. Y terminó de golpear como mejor lo estaba haciendo en el envite, en estrategia. De nuevo, de un saque de esquina, esta vez Samu prolongó con la testa y Duarte, también de cabeza, empujó el cuero a las mallas sevillistas en el minuto 92. Alegría total en el entorno babazorro.