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El presidente chino aboga por «ganarse el corazón» de los taiwaneses

El presidente de China, Xi Jinping, pidió esfuerzos para «ganarse los corazones» de los habitantes de Hong Kong, Macao y Taiwán, después de que el gubernamental Partido Democrático Progresista, representado por Lai Ching-te y tradicionalmente independentista, revalidase su poder en las recientes elecciones taiwanesas.

Zelenski se dirige a los participantes en el Foro Económico Mundial de Davos. (Fabrice COFFRINI | AFP)

Tres días después de las elecciones presidenciales en Taiwán, en las que los ciudadanos de la isla votaron continuidad al elegir al vicepresidente, Lai Ching-te, rechazado por Pekín por independentista, el presidente del gigante asiático, Xi Jinping, abogó por «ganarse los corazones» de la población de Taiwán, pero también de Macao y de Hong Kong.

En el mismo sentido, en un artículo publicado ayer, coincidiendo con la inauguración del Foro Económico Mundial de Davos en el que participan China y Ucrania, Xi instó a «fortalecer las fuerzas patrióticas y de reunificación» en Taiwán.

Xi subrayó la necesidad de «dar rienda suelta» al papel del Departamento de Frente Unido de Trabajo del Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh), de «movilizar los apoyos» y de «desarrollar y mejorar el sistema político de China».

El Frente Unido busca agrupar a las fuerzas sociales que apoyan al PCCh y a su liderazgo, tanto dentro de China como en el extranjero, aunque algunos laboratorios de ideas occidentales le acusan de influir en sociedades extranjeras y de intimidar a chinos residentes en otros países.

Además, Xi demandó «oponerse a los actos separatistas» que apoyan la independencia de Taiwán y «promover la reunificación completa de la patria». En la misma línea, recalcó también la importancia de «fomentar el sentido de comunidad de la nación china entre las distintas etnias».

Lai, considerado por Pekín un «alborotador», ganó con un 40,05% de los votos, imponiéndose a los opositores del Kuomintang, Hou Yu-ih (33,49%), y del Partido Popular de Taiwán, Ko Wen-Je (26,46%).

Lai aseguró que las elecciones demostraron que, entre «democracia y autoritarismo», los taiwaneses optaron por permanecer «al lado de la democracia».

Taiwán se ha gobernado de manera autónoma desde 1949, aunque China reclama la soberanía sobre la isla, a la que considera una provincia rebelde para cuya «reunificación» no descarta el uso de la fuerza.

China regresó con fuerza a Davos con la presencia de su primer ministro, Li Qiang, el más alto cargo desde que Xi acudiera en 2017. Su discurso era muy esperado tras las elecciones taiwanesas, pero no hubo ninguna referencia.

Por contra, centró su intervención en la prevision de crecimiento del 5,2% de la economía china en 2023 y en las promesas para eliminar los obstáculos a la inversión. «En general, la economía china se recuperó y mejoró con respecto el año pasado», afirmó. Sin embargo, si se confirma esa cifra, sería el crecimiento más bajo desde 1990, excluyendo los años de la pandemia.

La segunda economía más grande del mundo sigue lastrada por la falta de confianza empresarial y el bajo consumo, a lo que se añaden una crisis de deuda en el sector inmobiliario y el desempleo juvenil.

Qiang denunció «medidas discriminatorias para el comercio y la inversión», cuando «todos los obstáculos o perturbaciones pueden ralentizar o bloquear flujos vitales para la economía global».

No nombró ningún país específico, pero el comercio ha tensado la relación de China con EEUU y la UE en los últimos años. Washington ha frenado en particular las exportaciones de determinados chips muy avanzados, utilizados, por ejemplo, en armas o en inteligencia artificial.

Al respecto, el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, aseguró en Davos que las restricciones «a medida» a los chips no constituyen un «bloqueo tecnológico» ni «pretenden restringir el comercio o las inversiones en sentido amplio».



Zelenski vuelve a lanzar una petición de ayuda desde Davos

Sin perder de vista a China, la presencia del presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, acaparó la atención en Davos, donde los dos años anteriores intervino por videoconferencia y donde quiso hacer oír su voz ante el riesgo de fatiga entre sus aliados. Alertó de que cualquier reducción de la presión internacional sobre Rusia no hará más que alargar la guerra, por lo que volvió a pedir más medios aéreos a sus socios mientras decía que su homólogo ruso, Vladimir Putin, es un

«depredador» que proseguirá con la invasión.

En Davos se entrevistó con el jefe de la diplomacia de EEUU, Anthony Blinken, quien le prometió que la Administración Biden, en pleno año electoral, no flaqueará en su ayuda a Ucrania, y con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, que destacó la «extremadamente difícil» situación de este país en el frente. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, urgió a los aliados occidentales a entregar más armas y ayuda económica a Kiev, hasta que «recupere el terreno perdido» en manos de Rusia. GARA