GARA Euskal Herriko egunkaria
PRESENTACIÓN DEL GRUPO PROMOTOR DE PERSONAS TORTURADAS DE EUSKAL HERRIA

Una red de solidaridad perseguirá el reconocimiento de que se torturó

El grupo promotor de Personas Torturadas de Euskal Herria se presentó ayer en Bilbo con el objetivo de constituir una red que buscará el reconocimiento a través de la solidaridad entre aquellas que han sufrido «un método cruel y terrible» amparado por todo un sistema durante seis largas décadas. Aspiran a organizar un encuentro de todas las afectadas en febrero de 2025.

La santurtziarra Ixone Fernández, poco antes de intervenir en la presentación. (Oskar MATXIN EDESA | FOKU)

En el 43 aniversario de la muerte de Joxe Arregi, jornada instaurada como Día contra la Tortura en Euskal Herria, un grupo de personas que la sufrieron compareció en Bilbo para informar de que van a trabajar en la conformación de una red de solidaridad en la que tendrán cabida todas aquellas que hayan padecido esta práctica y que persiguen que la historia particular de cada una de ellas no vuelva a repetirse. Desean organizar dentro de un año un encuentro del mayor número posible de vascas y vascos que la hayan soportado a manos de diferentes cuerpos policiales.

«Un método cruel y terrible que, amparado por todo un sistema, ha estado plenamente operativo durante seis largas décadas. ‘‘Oso latza izan da’’. Aztnugal. Y otros miles de casos, cifras, vidas y vivencias no tan fácilmente reconocibles», advirtieron.

En la iniciativa, explicaron, han confluido vascas y vascos de diferentes localidades, edades y profesiones, a quienes les une «un hilo invisible», señalaron. «El hilo del sufrimiento, de un sufrimiento que durante años y décadas llevamos dentro y en silencio, al igual que les ocurre a otras muchas personas como nosotras», señalaron en su comparecencia en el parque de Doña Casilda Iturrizar.

«Muchas veces, aunque nos cuesta hablar sobre la relación con el hilo de cada cual, tenemos guardados esos sentimientos y esas heridas en nuestro rincón más íntimo y cerrado. Guardados, sí, porque esas cosas no se olvidan jamás», confesaron estas víctimas de la tortura. Es más, resaltaron que, muchas veces, el mero hecho de pronunciar la palabra «nos produce escalofríos». «No nos gusta, una palabra que desearíamos olvidar», admitieron.

«Es hora de dar más pasos en el reconocimiento», indicaron Ainara Gorostiaga e Ixone Fernández, que ejercieron como portavoces del grupo promotor de Personas Torturadas de Euskal Herria, ese es el nombre elegido. «Consideramos que es el momento de sacar a la luz el relato completo de lo que ha sucedido, el momento de reconocer y reparar lo que hemos vivido, el daño que nos han causado», expusieron ante los medios de comunicación presentes.

AGENTES ACTIVOS

Las personas torturadas de diferentes herrialdes -en Nafarroa ya existe una red- han decidido ser agentes activos para recorrer el camino del reconocimiento. Estiman que es el momento, «porque lo más importante no es lo que nos hicieron, sino lo que hacemos con lo que nos hicieron».

Por ello, el grupo promotor ha asumido la responsabilidad de contactar, reunirse y hablar con las personas torturadas de diferentes pueblos y comarcas de Euskal Herria, para empezar a trabajar conjuntamente en el camino del reconocimiento. No va a ser una tarea fácil, al estimar que son miles de hombres y mujeres las afectadas, pero consideran que ha llegado el momento de avanzar en esa vía. Su meta es que el camino del reconocimiento y la reparación lo puedan trazar entre todas las personas torturadas.

LLAMAMIENTO

En el trabajo que han decidido emprender desde el grupo promotor, llaman a toda persona que haya sido torturada a que se sume a la red. «Puede que ya hayas contado muchas veces lo que te hicieron, o puede que no hayas sido capaz de contárselo a nadie nunca», les dijeron, conscientes de que el recuerdo atenaza a muchas víctimas. Sea como sea, les emplazan a unirse al grupo, donde tendrán «espacio, apoyo y fuerza para ello, así como para lograr el reconocimiento que se merece eso que has vivido».

Fernández y Gorostiaga destacaron que todavía no se conoce en su totalidad el alcance, la densidad y la intensidad de lo acontecido durante décadas en el contexto del conflicto político. «Creemos que es necesario recoger en su integridad la realidad de la tortura. Hay que analizar sus consecuencias políticas, sociales, culturales y humanas y, como sociedad, abrir vías para el reconocimiento y la reparación. En ese sentido, las y los ciudadanos vascos que hemos sufrido la tortura tenemos algo que decir», sostuvieron.