GARA Euskal Herriko egunkaria
KOLABORAZIOA

Osasunbidea en la UCI


Que el sistema de salud público está gravemente enfermo y que el preocupante cuadro que Osasunbidea padece desde hace años está cronificado es algo que, día a día, lo corrobora cualquier persona que necesite atención médica en nuestra comunidad. Sin ir más lejos, el que esto suscribe lleva desde julio (ocho meses, que se dice pronto) en lista de espera para ser atendido por el especialista. Por desgracia, nada excepcional, cualquier navarro o navarra que no tenga un seguro médico privado pasa hoy día por circunstancias similares y muchísimo peores.

Sabemos que tras años con la derecha en el Gobierno Foral el sistema público de salud quedó hecho trizas, sabemos también lo fácil que es destruir y lo que cuesta construir, sabemos que el lobby de la medicina privada continúa sangrando cual vampiro a la sanidad pública, sabemos qué hace cuatro años hubo una pandemia que acabó de descalabrar el ya maltrecho sistema sanitario..., pero, aun teniendo en cuenta estas circunstancias, cuesta comprender por qué, tras ocho años de gobiernos «progresistas», Osasunbidea está igual o peor que antes de que UPN perdiese el Gobierno de Navarra.

Imagino que no seré la única persona que cuando el dolor y la preocupación le azuzan el cuerpo se pregunta ingenuamente: ¿cuántos años se necesitará para revertir el estado de la sanidad pública navarra? ¿Cuatro, ocho, doce... veinte? Entre pleno y pleno, comisión y comisión, informes, estudios y estadísticas, ¿se han parado ustedes a pensar, señores y señoras del gobierno «progresista», las graves consecuencias −muchas irreversibles− que su «velocidad de crucero» a la hora de reflotar Osasunbidea está ocasionando a la ciudadanía navarra?

Nuestras abuelas ya nos decían que «las cosas de palacio van despacio», pero estoy seguro de que hasta a ellas ocho años les parecería tiempo más que suficiente para que Osasunbidea mostrase síntomas de mejoría, y nada más lejos de la realidad. Claro que también nos decían que «no hay que dejar la tarea de hoy para mañana», algo que, a tenor de los resultados, parece que ustedes no aprendieron de sus abuelas: dos legislaturas baldías, queda por ver que hacen en la tercera.

De 2015 a 2019, Geroa Bai fue quien gestionó la Consejería de Salud, con Fernando Domínguez Cunchillos al frente. De 2019 a 2023 fue el PSN con Santos Induráin como consejera. Ahora, para la legislatura 2023-2027, otra vez de la mano de Geroa Bai, repite Fernando Domínguez Cunchillos. Entre unos y otras, ocho años −que serán doce cuando acabe la actual legislatura−. La gestión de Osasunbidea tiene siglas, nombres y apellidos, convendrá no olvidarlo de cara a las elecciones autonómicas de 2027.

Señores y señoras del gobierno progresista: tres años les quedan para sacar a Osasunbidea de la UCI, sanarla y darle el alta, pónganse la bata de cirujano y comiencen a operar de una vez. Les aseguro que la ciudadanía navarra nunca entendería que, tras doce años de gobierno «progresista», Osasunbidea continuase en el agonizante estado en que la dejó UPN, el mismo agonizante estado en que, es evidente, continúa ocho años después. Ustedes mismos.