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PELOTA

El camino más limpio y el más tortuoso vuelven a encontrarse

Jaka-Mariezkurrena, clasificados para semifinales hace un mes, se miden a Artola-Imaz, que lograron el billete el domingo de forma agónica.

Recuperado de la gastroenteritis, Artola tratará de imponer su ilusión. (Aitor KARASATORRE | FOKU)

Trs tres meses de frenética actividad, el Parejas ha hecho ya ese reset en el que las cuatros parejas clasificadas vuelven a comenzar con las mismas opciones, si bien lo de comenzar de cero no es del todo cierto, pues cada una de las cuatro combinaciones llega tras su particular inercia y en su propio estado de forma. En ese sentido, la liguilla arranca con un enfrentamiento entre la pareja que ha tenido el camino más despejado y unos Artola-Imaz que necesitaron una especie de milagro para superar el último listón del play-off.

Sin debate posible en cuanto a que se hayan clasidicado las cuatro combinaciones más fuertes de la primera fase, a partir de hoy entran en juego las teorías sobre la presión, la ventaja de llegar descansados, el subidón de la clasificación in extremis... Un Labrit otra vez lleno hasta la bandera dará y quitará las primeras razones en una jornada clave, pero no definitiva y, por tanto, con cierto, no mucho, margen de error.

MANDAN LOS LIDERES

En principio, Jaka-Mariezkurrena llegan en las mejores condiciones, clasificados desde hace un mes y con tiempo para que el zaguero de Berriozar haya recuperado su tan temible derecha. Las estadísticas también les acompañan, pues en cinco de las últimas seis ediciones, los líderes de la primera liguilla han terminado calándose la txapela. Solo Jaka-Mariezkurrena, en el convulso 2020, se quedaron sin llegar a la final tras dominar la primera fase.

Artola-Imaz llegan más tocados en lo físico, no solo por haber disputado dos partidos más en una semana, sino por el tute de un play-off marcado por la gastroenteritis de Artola, que terminó pasando factura a ambos. Pero cuentan con el refuerzo anímico de la forma en la que lo superaron y sentirse sin presión tras cumplir el objetivo.