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LIBERTAD DE EXPRESIÓN Y ADOLESCENCIA

Literatura para hablar de todo con los jóvenes

La escritora Hélène Vignal conversó ayer con decenas de estudiantes sobre la literatura juvenil, en el marco del festival Gutun Zuria Bilbao. En esta master class, Vignal reflexionó sobre el poder de la escritura, la censura y la libertad de expresión, defendiendo que, también con los jóvenes, se pueda hablar y leer de todo.

Hélène Vignal, en la master class de ayer celebrada en la Alhóndiga de Bilbo. (Monika DEL VALLE | FOKU)

“¿Se puede decir todo cuando se escribe para adolescentes?” es el título de la master class ofrecida ayer por la escritora Hélène Vignal dentro del marco del Festival Internacional de las Letras Gutun Zuria de Bilbo y, a la vez, la pregunta que la francesa intentó responder a las decenas de jóvenes que acudieron a su conferencia. Especializada en literatura juvenil, Vignal explicó que, para ella, hablar a los jóvenes de lo que muchos adultos no quieren que se hable es una «posición política». En sus libros, ha tratado temas como la sexualidad, salir del armario en edad adulta o el coma, todo enfocado a que los y las adolescentes lean y reflexionen sobre estos asuntos.

De pie sobre el escenario en todo momento para tener una charla cercana y de tú a tú con su joven público, la escritora nacida en París comenzó explicando los orígenes de la “commission de surveillance et de contrôle des publications destinées à l'enfance et à l'adolescence” en el Estado francés, es decir, el órgano encargado de controlar las publicaciones destinadas a la infancia y la adolescencia. Creada el 16 de julio de 1949, la victoria aliada en la II Guerra Mundial provocó una entrada masiva de cómics, literatura y otros elementos de la cultura americana en el país galo, por lo que las autoridades francesas, todavía bajo los principios del catolicismo, decidieron cortar por lo sano creando esta comisión.

Llevando este ejemplo a nuestros días, Vignal ha recordado el caso de la colección “L’Ardeur”, impulsada por la editorial Thierry Magnier para hacer llegar el tema de la sexualidad a los jóvenes a través de la literatura. Los libros de dicha colección llevaban un «aviso» en portada que indicaba que no estaban recomendados a menores de 15 años y que rezaba: «Algunas escenas explícitas pueden herir la sensibilidad de los más jóvenes. O no». Una coletilla añadida con la intención de explicitar que muchos adolescentes saben más de lo que sus padres creen, a menudo por culpa de la influencia de la pornografía. Uno de los libros de la colección L’Ardeur, “Bien trop petit” (“Demasiado pequeño”, en castellano) fue censurado y se prohibió su venta a menores de 18 años.

PODER DE LA CENSURA

Vignal explicó que existen dos formas de censura: la autocensura y la intimidación. Como escritora, detalló, en alguna ocasión ha sentido coartada su libertad de expresión, un sentimiento que también le han trasladado otros compañeros. Para empezar, mencionó el caso del libro “Alma. Le vent se lève”, que explica la historia de una niña negra que es esclavizada. El libro, escrito en francés, fue rechazado por la editorial estadounidense que debía encargarse de su traducción debido a la posible reacción contraria de la comunidad afroamericana, ya que su autor, Timothée de Fombelle, es un hombre de mediana edad, blanco y europeo. «Ese es el trabajo de un escritor. Lo divertido es usar la imaginación y ponerse en la piel de tus personajes», reivindicó Vignal, lanzando una pregunta al público: «Si yo, como mujer francesa de 56 años, escribiera sobre una joven vasca, ¿la comunidad vasca se cabrearía?».

En segundo lugar, para hablar de las amenazas e intimidación que sufren algunos escritores, puso el ejemplo de la escritora J.K. Rowling. La autora de la saga de Harry Potter ha sufrido varios intentos de boicot debido a su posición feminista radical, contraria a las teorías de la ideología queer. Algo totalmente apartado de su obra literaria, que ha cosechado un éxito internacional gracias a las aventuras del joven mago inglés. En este caso, Vignal pidió reflexionar hasta qué punto van unidos la obra y su autor, y si habría que discernir entre ellos.