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El mayor despliegue policial para un partido de fútbol en Donostia

La Ertzaintza realizó una carga tras el recibimiento de los aficionados al equipo. (Jon URBE | FOKU)

El partido estuvo marcado en sus prolegómenos por el mayor despliegue policial visto en los alrededores de Anoeta con centenares de ertzainas repartidos por todo el barrio de Amara y otros tantos encargados de controlar a los seguidores del PSG para escoltarlos desde el centro de la ciudad hasta el campo.

Desde horas antes vehículos de la Ertzaintza tomaron Amara. No había furgonetas suficientes para desplazar a tantos agentes y utilizaron todoterrenos que se colocaron en la zona de acceso a la afición visitante. No hubo más incidentes que unos lanzamientos de bengalas a los ertzainas y una carga policial en el recibimiento al autobús de la Real. Esta vez los aficionados blanquiazules sí pudieron acercarse a unas vallas en las aceras del paseo de Errondo tras la indignación que generó el dispositivo del martes anterior ante el Mallorca cuando la Ertzaintza cortó el acceso desde Salaberria sin permitir que los seguidores pudieran acercarse al autobús lo más mínimo a pesar de la convocatoria de recibimiento realizada por el club y por el propio Imanol.

Miles de aficionados se acercaron a recibir al equipo con lanzamiento de bengalas en la zona cercana a Podavines, donde la Ertzaintza realizó la carga para dispersar a los concentrados. Fue un recibimiento frío por la distancia excesiva. El autobús se detuvo un instante en la zona en la que estaban los aficionados con bengalas y después se desplazó al campo casi a la velocidad de cualquier partido entre gritos de apoyo de sus aficionados.

Menos problemas tuvieron los aficionados del PSG que se juntaron en la zona del Kursaal para recoger sus entradas, se concentraron en el centro y se desplazaron hasta Anoeta mientras cantaban y encendían sus bengalas por todo el recorrido.

Para evitar incidentes se cortó el Tráfico en la zona de Amara en las calles más próximas del campo desde dos horas antes del inicio del partido con gran movilización de policías municipales. Nunca hubo tal concentración policial en Anoeta.

Al margen de los ultras, muchos aficionados del PSG se movieron con normalidad con sus camisetas por la ciudad y por los alrededores del campo sin que tuvieran problemas. Bastaba con tener controlados a los ultras y sobraba semejante despliegue.

«QUEDADAS»

El dispositivo comenzó la víspera. La Ertzaintza comunicó que evitó «quedadas entre aficionados radicales de ambos equipos para agredirse» tras retener en Behobia un autobús con un centenar de ultras del PSG e incautarse de «objetos peligrosos de uso prohibido».

Aseguró que entre la tarde del lunes y la madrugada de ayer identificó «a medio centenar de ultras del equipo donostiarra y registró una veintena de vehículos. Como resultado de esta operación se han ocupado quince bastones de golf, una barra metálica, tres piolets, dos pares de nudillos metálicos, un cuchillo, dos navajas, un bastón extensible, varios destornilladores, un martillo, una bengala, cuatro protectores bucales, dos raíles de cajón, tres bisagras metálicas, pasamontañas y guantes».

En su rueda de prensa, el consejero de Seguridad, Josu Erkoreka, dijo que había «más grupos dispuestos a enfrentarse, organizar altercados y aprovechar el partido para alterar el orden. Se están tomando medidas preventivas para evitarlos y la investigación continúa, también en redes sociales».