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ATHLETIC

El muro de San Mamés resiste un cuarto de hora ante el asedio culé

Las rojiblancas, con un planteamiento de cinco defensas, contuvieron al Barça hasta que Bonmatí, con un disparo desde el borde del área, superó a Nanclares, que nada pudo hacer, tampoco en el segundo, en el minuto 16. Paralluelo puso la guinda en el 78.

Jugadoras del Athletic y Barça se preparan para un córner mientras la grada muestra una pancarta conmemorativa del 8M. (Aritz LOIOLA | FOKU)

El muro que quiso formar David Aznar en San Mamés con tres centrales y dos laterales, además de un batallón de 23.490 aficionados guardando sus espaldas, mostró una buena hechura hasta que una genialidad de Bonmatí echó por tierra todo el trabajo que seguramente las rojiblancas habrían realizado durante los últimos días. Porque nunca se sabe cómo hay que defender a un equipo como el Barça, que tiene calidad en todas las líneas, que te puede sorprender por la banda, por el centro, en jugadas de estrategia, con disparos bien colocados...

Con uno de ellos sorprendió Bonmatí en el minuto 13, en una segunda jugada de un saque de esquina. Controló el balón al borde del área, y con su pierna menos buena, envió el disparo a la red, superando a una Nanclares que también se vio un tanto sorprendida. La guardameta rojiblanca llegó a rozar el esférico, pero no pudo desviar su trayectoria.

Con un gol tan tempranero, el Barça suele pasar el rodillo y el temor a ver una goleada se presentaba real, más cuando la propia Bonmatí enganchaba otro balón dentro del área, de media vuelta, para pillar desprevenida a Nanclares. 0-2 en el minuto 16, el asedio culé se presentaba realmente cruel.

El Athletic trató de recomponerse, pero se topaba con un rival que robaba el esférico con la misma facilidad con la que jugaba. Era un quiero y no puedo constante de unas rojiblancas que sufrieron tanto física como mentalmente. Cada internada de Hansen se presentaba temible -Bibi Schulze, tras un buen tiempo lesionada, le fue tomando la medida-, los movimientos entre Mariona Caldentey y Pina resultaban imprevisibles, la fortaleza de Guijarro y Walsh en el centro del campo que apenas dejaba jugar a las centrocampistas del Athletic -con Ortega de titular, acompañando a Mariana Cerro y Zubieta-, y ni qué decir de la rapidez -tanto de pensamiento como de reacción- de la línea defensiva ante dos luchadoras como Nahikari y Azkona. «Estos partidos son muy difíciles para una delantera», reconoció a NAIZ Irratia la de Antsoain.

Tampoco inquietó el Barça en demasía -Nanclares sacó un buen balón a Pina- y se fue apagando en el segundo tiempo, con un Athletic que fue ganando protagonismo en la posesión, sin llegar a hacer daño. Paralluelo, en el 78, puso la guinda para un Barça que pone pie y medio en la final.